La Verdad. 18/04/2010
La reciente declaración de bien de interés cultural (BIC), con categoría de zona arqueológica, del yacimiento El Capitán, en Zarcilla de Ramos, por la Comunidad Autónoma, pone de actualidad una parte de la herencia que se conserva de los primitivos lorquinos de una necrópolis megalítica, asociada a un poblado cercano que estuvo habitado hace más de 4.000 años.
A unos cuatro kilómetros al sur del núcleo urbano de Zarcilla de Ramos se encuentra el paraje conocido como Cerro Negro, en la finca Jofré. Este cerro emerge al borde de la margen del río Turrilla y un sector en llano que se extiende al pie del mismo en su vertiente septentrional, surcado por un conjunto de barrancos.
La zona arqueológica que se ha delimitado está constituida por una serie de yacimientos con diferentes momentos de ocupación prehistórica con hábitat al aire libre y en cuevas, junto con enterramientos. De todo este conjunto destaca el complejo del poblado y necrópolis megalítica del Capitán.
En el entorno inmediato y ocupando las cotas más altas del relieve del Cabezo Negro están el asentamiento de Cumbre del Cerro Negro y cuevas de enterramientos eneolíticas denominadas Cerro Negro II, III y IV, junto a otro conjunto de tres cavidades, Abrigo Grande del Cerro Negro, Cueva Grande y Pequeña del Cerro Negro, habitadas en el Paleolítico Medio y utilizadas como necrópolis en el periodo eneolítico.
El poblado de El Capitán está situado al pie del Cerro Negro y los estudios realizados permiten documentar espacios de habitación realizados con materiales perecederos. El material arqueológico recuperado corresponde a instrumentos de producción de sílex junto a fragmentos de molinos. También se encontraron restos cerámicos, algunos decorados a la almagra en su superficie interna, y decoraciones simbólicas. Las formas de esos restos parecen corresponder a cuencos y vasijas de almacenamiento. También se documentaron cinco ídolos antropomorfos tallados en hueso.
A unos 50 metros al sur del poblado, sobre la vertiente septentrional del Cerro Negro está situada la necrópolis megalítica, que integran un total de catorce megalitos emplazados a lo largo de la ladera media, menos uno que se conserva a 600 metros del poblado. Son del tipo rundgräber, sepulcro circular, construidos con grandes bloques de piedra caliza que forma una cámara interior de planta circular. Tras una intervención arqueológica de urgencia realizada en el año 1993, se recuperaron restos de materiales pertenecientes al ajuar funerario, como cuentas de collar, fragmentos de cerámicas lisas, puntas de flecha de piedra, junto con algunos fragmentos de huesos humanos.
Durante muchos años estos agrupamientos de rocas fueron utilizados por los cazadores como puestos para practicar este deporte y ese detalle pudo influir en la desaparición de restos arqueológicos.
La zona arqueológica declarada BIC cuenta también, en el sector oriental de la cima del cerro, a una altitud de 705 metros, un afloramiento rocoso en el que están situadas tres cavidades naturales de carácter funerario de época eneolítica. Cerro Negro II tiene 2,60 metros de longitud, uno de profundidad y alturas máxima de 1,10; Cerro Negro III, con cinco metros de longitud, 1,30 de profundidad y dos de altura; y Cerro Negro IV, de mayores dimensiones con 5,30 metros de longitud, 1,25 de altura y profundidad máxima de 2,80. Todas estas cavidades están orientadas al suroeste.
A unos 200 metros al oeste se localizan el Abrigo Grande, Cueva Grande y Cueva Pequeña del Cerro Negro. Todos muestran una ocupación inicial paleolítica y posterior utilización como necrópolis en época eneolítica.
El Abrigo Grande fue sometido a varias intervenciones arqueológicas entre los años 1994 y 1996 y se documentó abundante material lítico. La Cueva Grande tiene siete metros de abertura que se va estrechando hasta alcanzar los 18 metros de profundidad. También aquí se encontraron muchos restos al igual que en la Cueva Pequeña que tiene diez metros de profundidad.
Y en la cima del cerro se asienta un poblado eneolítico con restos de muros de mampostería trabados con barro pertenecientes a posibles estructuras de habitación, junto a una gran dispersión de materiales cerámicos. También aparecieron algunos fragmentos de cerámica romana, vestigios que podrían apuntar a una ocupación puntual en este sector en época ya histórica.
El poblado del Capitán es uno de los yacimientos de la Edad del Cobre más antiguos del sureste español y puede representar uno de los primeros asentamientos agrícolas como confirman la ausencia de elementos de carácter tardío y la de fortificaciones. La necrópolis es una de las de mayor número de enterramientos megalíticos documentados hasta la fecha en la Región.
El análisis de radiocarbono realizado en los restos aparecidos, tanto en el poblado como en la necrópolis, encuadran este yacimiento en una antigüedad entre 5.890 y 4.140 años.
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