La Universidad de León investigará las nuevas piezas descubiertas durante este año
26/09/2010. Diario de León. Cristina Fanjul.
Las investigaciones sobre los ideogramas de los petroglifos que realizan el catedrático de Prehistoria de la Universidad de León, Federico Bernaldo de Quirós y la profesora Ana Neira se prorrogará al menos durante un año más con el fin de profundizar en los descubrimientos realizados en esta primera fase. Además, y según ha señalado el jefe territorial de Cultura, Jesús Courel, durante este año han aparecido más piezas que tienen que ser estudiadas, con lo que desde la Dirección General se ha decidido continuar los análisis. A finales de este año se presentarán las conclusiones de la investigación realizada en la campaña anterior —cuyo informe preliminar se entregó en el mes de noviembre— y se pondrán las bases del programa a realizar en el 2011. En cualquier caso, ya se sabe que el presupuesto será similar al consignado hasta ahora (18.000 euros) y que se realizarán más calcos de las piedras así como análisis de líquenes que puedan datar con precisión el origen temporal de las piezas. Con ello, se trata de apuntalar de manera definitiva la solución más adecuada para estos vestigios arqueológicos descubiertos por Juan Carlos Campos. Hay que recordar que la comarca maragata y su monte Teleno, que ya fue sagrado para astures y romanos, pudo haber constituido un lugar privilegiado para el culto en épocas anteriores. Los expertos aseguran que los dibujos que aparecen en los petroglifos fueron realizadas por gentes del Calcolítico. Sin embargo, aún se desconoce cuál era la finalidad. Pudieron haber servido para la realización de ritos de iniciación o como símbolos de representaciones solares. Asimismo, cabe preguntarse dónde están los restos de los pobladores a los que debemos su creación.
Resultados logrados. Los resultados del primer estudio se entregaron en otoño del año pasado y desvelaron que los petroglifos maragatos, aunque están «emparentados» con los gallegos y usan parecidos motivos y representaciones, responden a una «concepción diferente» de esa similar religiosidad.
Los expertos se sintieron especialmente sorprendidos por los descubiertos en Lucillo puesto que tenían motivos nunca antes vistos y nuevos laberintos que permanecían ocultos.
El equipo de investigadores se encontró, en el caso de Peñafadiel, con que su limpieza reveló la existencia de nuevos motivos, como una cruz de brazos iguales, un surco que desemboca en un haz de líneas y una especie de hoja de los que no hay precedentes. La primera de estas rocas presenta tres laberintos grandes, con cavidades redondas o cazoletas, por lo que el estudio certificó que primero se hicieron los laberintos y luego las cazoletas. En la segunda roca, hay más elementos y más complejos, con dos laberintos (que en este caso no se hicieron primero), cazoletas con reborde, un posible tercer laberinto no vislumbrado anteriormente, pequeños canales y los citados surco y cruz. Estos petroglifos datan de finales del Calcolítico e inicios de la Edad del Bronce, entre el tercero y el segundo milenio antes de Cristo.
En Peñamartín, el equipo se encontró con cruces, herraduras y puntos datadas ya en época histórica. En cuanto a los petroglifos de Peñafurada, en Andiñuela, que ya eran conocidos pero que no habían sido estudiados, Neira se refirió a su «delicado estado», por haber sido tallados en esquistos muy finos, requiriendo sólo de una limpieza somera. Allí hay cazoletas, cubetas de las que parten canales, un gran rebaje en plena roca que habrían sido hechos en época prehistórica, mientras que los sugerentes motivos cruciformes que casi parecen humanos serían intentos de «cristianizar», ya en esta era, ese lugar de culto del mundo calcolítico. Todo este estudio refleja que sólo en Peñafadiel hay tantos laberintos como en toda Galicia. Veamos que descubren este año...
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