Con fines deportivos. El menhir de Soalar, en Baztan, sirvió como soporte de una canasta de basket y está decorado. :: L. MILLÁN. |
09/07/2011. Diariovasco.
Xabier Peñalver ha escrito un libro muy práctico, una guía básica del de los monumento megalíticos de Euskal Herria: desde los dólmenes hasta los cromlechs, pasando por los menhires y los túmulos. Lo ha publicado con la editorial Txertoa, cuesta 12,35 euros y contiene abundantes fotos y mapas.
Xabier Peñalver Iribarren (Donostia, 1952) es un veterano en asuntos de megalitismo. Aunque últimamente se le conoce como director de las excavaciones de la cueva Praileaitz 1 (Deba), su primer trabajo arquelógico de campo fue en 1982 en la excavación del menhir de Supitaitz, en la zona ataundarra de la sierra de Aralar, y también dirigió los trabajos de una estación megalítica tan impresionante como la de Mulisko Gaina (Urnieta-Hernani). Asimismo, se especializó en poblados de la Edad de Hierro, con trabajos en Intxur y Basagain, ambos en Tolosaldea.
Una de las cosas que enseguida descubre el lector es que los dólmenes y los crómlechs son cosas muy diferentes. Los dólmenes son más antiguos, pues se empezaron a construir en el periodo Eneolítico o Calcolítico, unos 2.700 años antes de nuestra Era; y fueron reutilizados luego en la Edad de Bronce. Los crómlech se construyeron bastante más tarde, en la Edad de Hierro, en el último milenio antes de nuestra Era.
Cuando el lector llega al apartado referente a los menhires, se encuentra con una sorpresa: los arqueólogos desconocen todavía cuál era la función de estas piedras alargadas. «En algunos casos, dan la sensación de servir de referentes o señalizadores de algo que, sin embargo, hoy desconocemos», dice Peñalver en el libro.
Lo cierto es que los menhires están situados en zonas en las que también existen monumentos funerarios, por lo que se puede pensar que unos y otros están relacionados. El menhir-estela de Baztan denominado Soalar es el que ofrece la mayor información, debido a las decoraciones que presenta. Se cree que esa pieza tan rara podría haber sido fabricada en la segunda mitad del tercer milenio anterior a nuestra era.
Peñalver destacó en la presentación de ayer que hoy en día hay unos prospectores que siguen haciendo frecuentes salidas a los montes y en buena parte de los días localizan algún megalito.
Cuando se le preguntó sobre la conveniencia de «arreglar o recomponer» los restos de los megalitos, se mostró contrario: «Yo en principio soy muy conservador. En todo caso, no puedes 'dejar más bonito' un megalito antes de hacer la excavación. Hay algún caso en el que se puede recomponer algo, como se hizo en La Choza de la Hechicera, pero yo por regla general no soy partidario. Una vez me propusieron poner en pie el menhir de Mugarriluze, en la sierra de Aizkorri. Les dije que no».
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