Detalle del motivo fálico, que según los arqueólogos es único en el Sur de Europa por estar «animalizado» y en erección. |
25/11/2012. ABC.
Las excavaciones que se están llevando a cabo desde 2009 en el Patio de Banderas siguen arrojando noticias del pasado. El equipo de arqueólogos dirigido por Miguel Ángel Tabales que está realizando los trabajos ha certificado ya la existencia de restos turdetanos del siglo VIII a. C. en ese lugar, probablemente una cocina, bajo la planta de un edificio romano del siglo I a. C. Y aquí es donde ha llegado la sorpresa. En uno de los muros de este edificio levantado sobre la antigua Ispal ha aparecido un relieve fálico con patas que es único en la zona. En un primer estudio realizado por el propio Tabales en la revista «Apuntes del Alcázar», el arqueólogo sostiene que es un elemento «común en el Norte de África sobre construcciones normalmente públicas, acueductos, puentes, murallas, etcétera».
Pero la investigación continuó y las teorías que se barajan han desembocado en una posibilidad inesperada: el miembro viril tallado en piedra sobre el muro podría ser la marca de entrada a un prostíbulo. La arqueóloga Cristina Vargas Lorenzo recibió el encargo de estudiar en profundidad este hallazgo. Y el análisis, titulado «Estudio del motivo fálico hallado en el edificio romano republicano bajo el Patio de Banderas», descarta la hipótesis inicial de Tabales. «Lo más común era colocar este tipo de representaciones en enclaves de relativa importancia para asegurar la protección de ese lugar, como esquinas de calles, puentes, acueductos, dinteles de puertas y ventanas, etcétera. En nuestro caso, el relieve no se ajusta en principio a ninguna de esas premisas», argumenta Vargas.
En sus conclusiones matiza que probablemente este falo indicaba «algún tipo de transacción comercial», ya que el edificio estaba situado «en las inmediaciones del puerto». En estas palabras ya está apuntado el sentido de las actuales investigaciones. ¿Fue el Patio de Banderas, lugar donde se asienta el origen de Sevilla, un lupanar? Según fuentes del equipo de trabajo, esta opción es más que probable, aunque también se valora la posibilidad de que fuera un almacén del puerto u hórrea.
El enigma podría resolverse si se encuentran otros símbolos durante el resto de los trabajos. Pero la situación de esta representación fálica tiene bastantes analogías con las de lupanares de ciudades romanas como Pompeya. Y de momento la duda alimenta la leyenda del burdel.
1 comentario:
Me parecem interesantes también las implicaciones etimológicas para el lenguaje coloquial. Es decir, cuando uno mira el animalito un poco y se da cuenta de que los romanos no sabían aún nada de dinosaurios cae en la cuenta de que debe de ser una polla, literalmente (nótese la expresión inglesa similar: cock: gallo pero también pene).
Estas palabras a veces tiene raíces insospechadamente profundas. Hace no mucho me di cuenta por ejemplo que la expresión ostia (distinta de la religiosa hostia por cierto) viene del latín ostia, que quiere decir patada (también conservado en euskera como ostikada: patada). O sea que no es realmente vulgar sino, en cierta manera, inconscientemente culto, o al menos clásico.
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