Diversas asociaciones han alegado contra planes urbanísticos que se desentendían de sus cauces hídricos.
09/12/2013. ABC.
Además de la intensidad de la actividad urbanística de las últimas décadas, las características geofísicas del Aljarafe hacen particularmente vulnerable su red hidrográfica. El fenómeno de desequilibrio hídrico es pues generalizado, particular al que se añade la peculiar estructura de asentamientos heredada de tiempos ancestrales: núcleos urbanos muy próximos, ubicados en los bordes de las cornisas y en las cabeceras de los arroyos. Con el Riopudio en actual proceso de rehabilitación, falta aún la reconstrucción de otro nutrido número de arroyos.
Diversas asociaciones alertan de las consecuencias que podrían causar un tipo de planificación urbana que no evalúe riesgos vicunlados a los recursos hídricos: desaparición de ecosistemas, eliminación de la biodiversidad e incremento del riesgo de inundaciones. Es el caso del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de los municipios de Valencina y Gines, en actual trámite de examen y aprobación, cuyos textos parciales han contado con las alegaciones de estos colectivos proteccionistas.
La Asociación en Defensa del Territorio del Aljarafe (ADTA) elaboró un documento que envió al Ayuntamiento de Gines, cuya revisión del PGOU se ha publicado recientemente en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. La asociación advertía de que uno de los factores determinantes en los episodios de inundaciones que afectan al municipio aljarafeño podría estar relacionado con «la ocupación de los dos arroyos que conforman la cabecera del Sequillo». La solución, para la ADTA, sería la recuperación de la cuenca hídrica, así como emprender «la laminación e infiltración antes del que el agua alcance el municipio».
De semejante tenor se ha expresado la Asociación Los Dólmenes con respecto al PGOU de Valencina. Este colectivo ya denunció que el avance del PGOU de esta localidad podría estar «vulnerando normas y protecciones que pondrían en riesgo del rico patrimonio paisajístico y medioambiental del municipio».
La ADTA, por su parte, también señaló sobre el plan urbano de Valencina que «borraba del mapa» la cabecera del arroyo Sequillo. El avance del PGOU, indica el texto de la ADTA, «no proponía ninguna medida para recuperar los cauces ocupados, degradados o a punto de serlo. Por el contrario, se hacían propuestas para ocupar varios cauces hídricos, afectando al paisaje de los espacios fluviales».
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