Un estudio científico detecta un «nexo directo» entre el origen de las piezas halladas en Camas y la metalurgia desarrollada en el asentamiento de la Edad del Cobre en el municipio valencinero.
25/04/2018. El Correo.
Un estudio científico acometido por investigadores de las universidades de Huelva y del País Vasco y del Museo de Arqueología de Sevilla ha detectado un “nexo directo” entre el “origen” del oro del famoso tesoro del Carambolo, descubierto en 1958 en Camas y formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, y la metalurgia desarrollada “1.300 o 2.000 años antes” en el asentamiento de la Edad del Cobre cuyos vestigios descansan en Valencina de la Concepción.
El tesoro del Carambolo, como es sabido, fue descubierto en 1958 en el cerro homónimo de Camas, en el marco del hallazgo de los vestigios arquitectónicos de un antiguo santuario que los expertos atribuyen a una población de influencia fenicia.
La localización de una figura atribuida a la diosa fenicia Astarté, en ese sentido, sostiene la tesis tradicional de que el santuario estaba dedicado expresamente a esta divinidad, toda vez que la antigüedad de las 21 piezas de oro labradas al estilo oriental que conforman el tesoro del Carambolo se remontaría a los siglos VII y VIII antes de Cristo.
Precisamente sobre este fabuloso tesoro áureo versa un estudio titulado “El oro del Tesoro del Carambolo. Nuevos datos de su origen mediante análisis elementales e isotópicos”. Dicho trabajo, promovido por un equipo de investigadores de las universidades de Huelva y del País Vasco y del Museo de Arqueología de Sevilla, ha sido recientemente publicado en la revista ‘Journal of Archaeological Science’.
“Interpretación alternativa” del origen del tesoro
Este estudio arranca recordando que las primeras hipótesis sobre estas joyas atribuían las mismas a “la corona y ornamentos de Argantonio, el mítico rey de Tartessos”, señalando en paralelo las últimas teorías que interpretan el tesoro como un ajuar que engalanaba a un sacerdote y a dos bóvidos destinados a ser inmolados en honor de los antiguos dioses fenicios Baal y Astarté.
Y es que el informe en cuestión, recogido por Europa Press, presenta “nuevos datos químicos e isotópicos que permiten una interpretación alternativa del origen del tesoro del Carambolo”.
Estas nuevas “interpretaciones alternativas” sobre el “origen” del tesoro del Carambolo parten del análisis de dos fragmentos del célebre ajuar y la “evaluación” científica de su posible relación con 22 muestras procedentes de reliquias de oro elaboradas durante el primer milenio antes de Cristo en el “área geográfica más cercana” al antiguo santuario en cuyas ruinas fue descubierto el tesoro, y de la producción orfebre del tercer milenio antes de Cristo de la misma zona.
Así, los citados fragmentos de oro del tesoro del Carambolo fueron comparados con piezas de orfebrería descubiertas en el asentamiento de la Edad del Cobre de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, un entorno donde descansan los dólmenes de La Pastora, Matarrubilla, Ontiveros y de Montelirio, así como múltiples yacimientos arqueológicos, legado de lo que los expertos interpretan como el mayor asentamiento de la Edad del Cobre de toda la Península Ibérica.
“Comparación” científica
Y tras comprobar la gran “pureza” del oro usado para labrar las mencionadas dos piezas del tesoro del Carambolo, así como la presencia pequeñas cantidades de plata, estaño y platino en las mismas, el estudio aborda la “comparación” de estos fragmentos con muestras de orfebrería procedentes del tercer milenio antes de Cristo, entre las que figuran piezas rescatadas del asentamiento de la Edad del Cobre de Valencina de la Concepción.
Dicha labor científica, según el estudio, ha permitido “identificar similitudes químicas” que “sugieren la interpretación alternativa” de que el oro del tesoro del Carambolo podría no derivar de “fuentes distantes” del entorno del mar Mediterráneo, sino de “un lugar muy cercano” donde el oro “también fue usado 1.300 o 2.000 años antes”.
Más en concreto, el estudio señala que las variedades y gran “pureza” de oro detectadas en el tesoro del Carambolo “ya estaban presentes” en los contextos funerarios y de producción áurea “del principal enclave del tercer milenio antes de Cristo en el sur de la Península Ibérica”, en referencia al asentamiento de Valencina de la Concepción.
Es más, estos investigadores recuerdan que en dicho enclave fueron descubiertos vestigios de “procesos tecnológicos de producción de aleaciones de cobre y la presencia de platino, tradicionalmente usados en el primer milenio después de Cristo para caracterizar y discriminar las piezas de oro y enfatizar el origen extranjero” de las mismas.
Así, estos investigadores de la universidades de Huelva y del País Vasco y del Museo de Arqueología de Sevilla concluyen que la “comparación” científica del oro del tesoro del Carambolo con las muestras de orfebrería del tercer milenio antes de Cristo correspondientes al propio entorno geográfico del cerro de Camas donde fue hallado el ajuar “sugiere que el origen del oro no estaría necesariamente a miles de kilómetros”, señalando un “nexo directo” con la metalurgia del oro desarrollada mucho antes en el enclave prehistórico de Valencina.
Y es que como recuerdan estos investigadores, dicho asentamiento de la Edad del Cobre fue durante tal periodo el “principal centro económico y político” de la zona y habría canalizado la “entrada de materiales en bruto de origen regional y transcontinental, para su transformación artesanal”.
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