Una larga operación policial en Sevilla y otras provincias acaba con cuatro detenidos y la recuperación de obras de gran valor saqueadas para su venta.
24/05/2018. El Correo.
La mayoría de ellos no se sabe de dónde los han sacado. Se conoce el municipio de donde se supone que proceden, pero poco más. Lora del Río, por ejemplo. Es lo que tiene el expolio de restos arqueológicos: que los delincuentes van por delante gracias, entre otras cosas, a esos detectores o piteros que la nueva Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía quiere prohibir. Lo anunció este jueves el consejero de_Cultura de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, cuando en compañía del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y una nutrida representación de mandos policiales escenificaron en el monumental edificio de la Plaza de América el acto de entrega al Museo Arqueológico de Sevilla de las 791 piezas procedentes del saqueo de yacimientos de diversos lugares de España –la mayoría, de tierras sevillanas, según Zoido– y que han sido recuperadas en una operación de la Policía Nacional que ha durado diez meses y ha acabado con cuatro detenidos: tres de la sevillana Alcolea del Río y un cuarto que resultó ser un coleccionista de Madrid.
El inspector jefe de la Brigada del Patrimonio Histórico, Fernando Porcel, presente también en el acto, detalló que «no hay nombres de yacimientos porque en las anotaciones no constan»; se refería así a la documentación intervenida a los detenidos en los registros de tres domicilios que permitieron recuperar el material expoliado. Parte de estas piezas proceden, explicó, de «yacimientos que no se conocen. Los piteros hacen un daño extraordinario, ellos encuentran los yacimientos y ellos se encargan del expolio. Unas están localizadas y otras no».
El ministro Zoido comentó que «entre las obras recuperadas hay objetos de cerámica y metal de diferentes yacimientos y culturas. Según los informes, a falta de estudios más minuciosos, hay objetos griegos, romanos, iberos, tartésicos, celtíberos, entre los que destacan por su alto valor cuatro objetos de marfil del calcolítico, un ajuar femenino romano y otro ajuar celtíbero», y que los autores materiales de los expolios están siendo buscados, porque los detenidos eran «intermediarios que se encargaban de darles salida en el mercado ilegal, bien a través de un comprador final o de un tercero que dispusiera de una cartera más amplia de clientes». Parece ser que la relación comercial entre los de Alcolea del Río y el coleccionista madrileño era fecunda, ya que «habrían concertado hasta cuatro citas para realizar operaciones de compraventa de piezas arqueológicas por las que el comprador había abonado unos 40.000 euros».
«En uno de los registros», señaló el ministro, «se ha intervenido material que aún tenía incluso restos de tierra adheridos, lo que demuestra que su extracción de los yacimientos había sido reciente». «Las piezas estarán ahora en este Museo Arqueológico para su estudio, análisis y posterior exhibición pública».
La encendida defensa que el consejero Vázquez hizo de los museos –en general– durante el acto de entrega de las piezas recuperadas fue precedida de una reclamación «desde el cariño» al ministro Zoido, no por ser del Interior sino por ser parte del Gobierno y, por más señas, sevillano y exalcalde, que algo queda. Esa reclamación era el grito de socorro de ese mismo Museo Arqueológico del que todos se mostraban tan orgullosos «y cuyas necesidades», le dijo, «conoce de sobra».
Juan Ignacio Zoido, consciente de que le iban a preguntar por ello y de que el asunto es una papeleta, salió airoso del trance con una retórica optimista en la que daba una fecha, que ya es algo: en 2019 comenzará el proceso de resurrección del inmueble con la redacción del proyecto «y que a partir de ahí comencemos con la adjudicación del mismo para que sin solución de continuidad se puedan acometer». Celebró Zoido que, según tiene entendido –así lo dijo–, «la colaboración está siendo buena» entre las partes «y que será ese el camino que nos deberá conducir a que esto sea ya una realidad». Mientras tanto, «afortunadamente están colaborando los equipos de la Consejería de Cultura y del Ministerio de Cultura para que la prioridad a la hora de determinar qué actuación empezar sea ya una realidad para que atendamos las necesidades que tiene este edificio. Y espero que pueda ser así».
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