El Ayuntamiento de Camas y la Junta iniciaron conversaciones para hacerlo público y promover un espacio cultural.
26/04/2020. Diario de Sevilla.
El cerro del Carambolo, en Camas, cumplió ayer cuatro años desde que la Junta de Andalucía aprobase su declaración como yacimiento arqueológico. Aquí fue donde en 1958 fue descubierto el famoso tesoro. El cerro está catalogado como bien de interés cultural (BIC), con la tipología de zona arqueológica, al acoger notables vestigios históricos entre los que destacan los restos de un antiguo santuario fenicio.
El 30 de septiembre de 1958 este cerro fue el escenario de uno de los mayores descubrimientos arqueológicos. Su hallazgo se produjo durante la ampliación de las instalaciones con las que allí contaba la Real Sociedad de Tiro de Pichón. De manera fortuita, fue descubierto un tesoro conformado por 21 piezas de oro, labradas al estilo oriental entre los siglos VIII y VII antes de Cristo.
Las posteriores excavaciones arqueológicas acometidas en la corona del cerro supusieron, además, el descubrimiento de un yacimiento con vestigios cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria. Destacan también restos de un antiguo santuario actualmente considerado como un centro ceremonial fenicio.
Los suelos del cerro fueron adquiridos en el año 2000 por la promotora inmobiliaria Gabriel Rojas, que proyectaba construir un hotel que integrase los vestigios arqueológicos mediante un centro de interpretación.
Las restricciones de la Junta
Las restricciones de la Consejería de Cultura a esta iniciativa motivaron que en 2009 el citado grupo inmobiliario ofertase ya los terrenos a la Administración autonómica al considerar truncado su proyecto. La empresa inició, además, una reclamación patrimonial contra la Junta por los perjuicios derivados del fracaso de su plan de levantar un hotel.
Fruto de tal litigio, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acabó reconociendo el derecho de la empresa a una indemnización superior a los 1,55 millones de euros por parte de la Junta, si bien el grupo Gabriel Rojas reclamaba un pago de mayor cuantía.
El 26 de abril de 2016, y a petición del Ayuntamiento de Camas, la Junta declaró finalmente como Bien de Interés Cultural una zona de 29.450 metros cuadrados del cerro del Carambolo, que incluye el yacimiento, bajo la premisa de que se trata de un enclave “fundamental para el conocimiento de las primeras culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y en el suroeste de la Península Ibérica”.
Una protección de hormigón y residuos
Mientras los terrenos siguen en manos de la promotora inmobiliaria Gabriel Rojas, el yacimiento permanece sellado con una protección de hormigón desde que finalizasen las últimas excavaciones arqueológicas en la primera década de este siglo y no pocas voces han denunciado la degradación de este enclave. Meses atrás, de hecho, la Fiscalía de Medio Ambiente y Patrimonio Histórico incoaba diligencias de oficio por posibles “daños efectivos” al patrimonio a cuenta de la basura y los escombros depositados en el entorno del yacimiento.
A mediados del pasado enero, antes de que irrumpiese la pandemia de coronavirus y fuese declarado el estado de alarma, el Ayuntamiento de Camas y la Delegación Territorial de las consejerías de Cultura y Patrimonio Histórico y Fomento y Ordenación del Territorio iniciaban una serie de contactos, con el objetivo de que los terrenos del yacimiento pasen a la titularidad pública y promover de manera conjunta la creación de un espacio cultural y un centro de interpretación en el enclave.
Hablan los arqueólogos
En este sentido, el arqueólogo Álvaro Fernández Flores, quien junto a Araceli Rodríguez Azogue estuvo al frente de las excavaciones acometidas a principios de este siglo en el cerro del Carambolo, ha referido a Europa Press que estos vestigios gozan de un “gran potencial” para su “puesta en valor” como un espacio “comprensible” para el gran público, sobre todo en el caso de las ruinas “más antiguas”.
“Gracias a su excepcional estado de conservación, hay soluciones fáciles para hacer comprensibles” los vestigios, asegura este experto, quien avisa, además, de que en este enclave, todavía “queda mucho por investigar” en el plano científico.
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