Los propietarios de la finca denegaron el año pasado el acceso a los arqueólogos como medida de presión para cerrar la venta.
09/06/2020. Hoy. Antonio Gilgado.
Cuatro años llevaban excavando en el Turuñuelo los arqueólogos hasta que el año pasado le impidieron el paso a esta finca de regadío de Yelbes.
Desde entonces sigue enterrado bajo una chapa y a la espera de que la Junta y los propietarios de la finca cierren la venta del terreno.
Sin acuerdo económico a la vista, la Junta quiere reactivar ahora las excavaciones a través de la Ley de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura. Según esta norma, se puede declarar bien de interés cultural bajo la denominación de zona arqueológica un espacio donde existen bienes muebles o inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica, tanto si se encuentra en el subsuelo o en la superficie.
Cultura esperará a los resultados de las investigaciones para decidir sobre el futuro de los restos
El DOE de ayer publicó la propuesta de la consejera de Cultura y Turismo para iniciar el expediente de Turuñuelo como bien de interés cultural con carácter de zona arqueológica.
Según la Ley de Patrimonio Histórico es necesaria una descripción clara y precisa del bien para su identificación, con sus pertenencias y accesorios.
Desde la consejería de Cultura explicaron ayer que el objetivo final de la declaración de bien de interés cultural es poder retomar las excavaciones en un futuro.
Se hace, explican, para reconocer y proteger el valor cultural del yacimiento, así como para facilitar las excavaciones que dependen de la Secretaría General de Ciencia, Tecnología, Innovación y Universidad. Esperarán a conocer los resultados de los trabajos para decidir sobre su futuro.
El arqueólogo Sebastián Celestino es el responsable de la investigación. Según explicó en su día cuando le prohibieron la entrada, estuvieron trabajando allí sin problemas durante cuatro años. Todo cambió, según explicó, cuando Construyendo Tarteso, nombre del proyecto del Turuñuelo, recibió el Premino Nacional de Arqueología.
Según Celestino, los propietarios entendieron que la tierra tenía más valor tras este reconocimiento. El arqueólogo ya adelantó el año pasado que una vez que se declare el espacio bien de interés cultural podrían volver a trabajar.
Construyendo Tarteso cuenta con una subvención de la Diputación de Badajoz y con el dinero del Premio Nacional, por lo que tienen asegurados varios años de investigación.
Ni la Junta ni los propietarios han hablado en el último año sobre la negociación de la venta. Ni tan siquiera ahora, con el inicio del expediente de bien de interés cultural.
Abel González Ramiro es el alcalde de Guareña. Cree que la declaración de BIC le dará reconocimiento, protección y seguridad a los restos. Se trata, según explica, del yacimiento tartésico más importante hasta ahora conocido. «En un futuro podremos contar con un turismo cultural», vaticina.
Contruyendo Tarteso
El proyecto Construyendo Tarteso se inició hace cuatro años para estudiar la cultura tartésica en el valle del Guadiana.
Comprende otros yacimientos en el valle medio del Guadiana, como Cancho Roano (Zalamea de la Serena) y el Tamborrio (Villanueva de la Serena), pero el del Turuñuelo es el mejor conservado. Los hallazgos en este enclave cercano a la pedanía de Yelbes están ocupando toda la capacidad y todos los recursos del equipo investigador.
Los resultados obtenidos hasta ahora hablan del edificio prehistórico mejor conservado del Mediterráneo Occidental.
Han documentado la existencia de un edificio de al menos dos plantas y con unos 2.500 años de antigüedad y una escalera monumental única.
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