Europa Press. 15/11/2009
Hasta el pasado mes de octubre, el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), entidad de la Consejería de Cultura, abrió dos ventanas en internet para que los andaluces contaran en imágenes y en palabras qué es para ellos el patrimonio, y aunque la Alhambra y la Semana Santa volvieron a destacar, a estos bienes se le unieron otros como el olivo, el habla y los paisajes.
Sin embargo, y según un comunicado, en todos hubo un denominador común, el de situar a los andaluces como elemento central del patrimonio, como demuestra la fotografía de Juan Reyes Rubiales, ganadora del certamen convocado por el IAPH y que recoge a un grupo de pescadores de Punta Umbría (Huelva) durante la procesión de la Virgen del Carmen.
De esta forma, algunos ciudadanos destacaron el olivo como el bien "más relevante" por su importancia en el paisaje, la gastronomía y la industria, entre otros aspectos de la vida de los andaluces. En este sentido, también fueron considerados el patrimonio agroindustrial, las actividades relacionadas con el mismo y, en especial, las que están en peligro de desaparecer.
También hubo quien llamó la atención sobre el aroma de los espacios y momentos "singulares" para que se tenga en cuenta como patrimonio.
De un lugar como el Santuario de Araceli, se resaltó "su valor simbólico y paisajístico", puesto que desde este enclave se pueden ver tierras de cinco provincias. En este caso, los ciudadanos resaltaron "la diversidad y la interrelación del territorio".
Los patrimonios destacados fueron, entre otros, Minas de Río Tinto, por su relevancia en el desarrollo de Huelva y su incidencia en las formas de vida y el paisaje; la saca de yeguas de Almonte; o el templo de los Doce Apóstoles de la Redondela.
También señalaron los andaluces elementos de Sevilla, como el jardín histórico de Forestier en Castilleja de Guzmán, el yacimiento calcolítico de Valencina, el altar de plata de la Hermandad de Jesús Nazareno de Alcalá de Guadaíra, el Carnaval de Fuentes de Andalucía o la Expo.
En cuanto a elementos gastronómicos, destacaron algunos como el salmorejo, el flamenquín o el rabo, importantes para los ciudadanos de Córdoba, que también señalaron la importancia de los patios.
En Granada, junto a la Alhambra surgieron otras propuestas monumentales, como la Colegiata de Santa María Huéscar, o paisajísticas, como el pantano de Negratín, por su gama de colores que cambia conforme avanza el día.
El patrimonio industrial minero de Jaén, la Peña de Martos, el yacimiento arqueológico del Barranquete, en Níjar, Cabo de Gata, Tabernas, Ronda, los verdiales o el traslado de la patrona de Grazalema son otros elementos subrayados por los ciudadanos.
Por último, las imágenes presentadas también reflejaron la reflexión de algunos autores sobre el patrimonio y, aunque predominaron aquellas de elementos inmuebles, también se destacaron como patrimonio costumbres, usos artesanales y paisajes.
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