La obra está valorada en 1,9 millones de euros y el plazo de ejecución es de 10 meses
La Voz. 05/12/2009. Cristina Viu
El proyecto de recuperación del dolmen de Dombate ha despertado un inusitado interés entre las empresas constructoras. Al concurso convocado por la Diputación se han presentado 22 ofertas, aunque no se descarta la llegada de otras en los próximos días, puesto que la mayor parte de ellas han sido remitidas por correo certificado.
Responsables de contratación del organismo provincial reconocieron que no es demasiado habitual poder elegir entre tantas propuestas. La ejecución de los trabajos que permitirán la protección del dolmen de Dombate es atractiva para muchas constructoras, pero también se trata de una labor muy comprometida en la que primará el cuidado del yacimiento y que implicará el seguimiento de las indicaciones de un arqueólogo que tendrá que estar allí de forma constante.
El hecho de que en Europa y probablemente en el mundo nunca haya salido adelante una iniciativa semejante, ya que supone la conservación de un dolmen excavado, hace que la obra despierte mucho interés, pero esa exposición pública también implica una enorme responsabilidad.
Diseño
El proyecto diseñado por el arquitecto coruñés Francisco José Vidal consta fundamentalmente de dos edificios. El que contendrá el megalito es un pabellón de unos 900 metros cuadrados con tejado de madera ensamblada a cuatro aguas. Este elemento se sostiene sobre columnas de cobre entre las que hay paredes de cristal, puesto que una de las normas impuestas por patrimonio fue la permeabilidad visual, además de la reducción de la altura y el mantenimiento de las cotas de acceso. La austeridad formal es una aportación personal del técnico.
Quizá lo más llamativo del proyecto sea el tejado, formado por una malla de vigas de madera cruzadas, ensambladas que, según el arquitecto, «se deforma y focaliza en el centro». La parte alta será coronada por un lucernario que permitirá la entrada de luz natural, una iluminación que matizarán las lamas de madera que rodearán la cornisa y que servirán para ventilar la estancia, con el ahorro que este sistema conllevará en climatización.
Nada
En principio, en el interior de la construcción no habrá nada más que el megalito, aunque todavía está por resolver, por parte de los técnicos de la Diputación, la forma en que se mostrará el dolmen pequeño, o lo que queda de él, puesto que se encuentra en muy malas condiciones de conservación.
El anta se podrá observar desde dos planos, al más elevado se llegará a través de una rampa de madera que concluirá en una especie de mirador a la altura de la losa de la cumbre, por lo que se podrá ver el corredor.
Lo que no se mostrará serán las pinturas, que únicamente se mostrarán a los especialistas que precisen estudiarlas y a los conservadores.
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