Fernando Fernández. Arqueólogo
ABC. 31/01/2010. Alfredo Valenzuela
En su jubilación, uno de los arqueólogos más importantes de Andalucía repasa su actividad al frente de Itálica y del Arqueológico de Sevilla, desde su oposición al cross, al mosaico desaparecido en 1983 o la supuesta mutilación genital a estatuas romanas.
-¿Cómo se ha gestionado la operación «Tertis» contra el tráfico de piezas arqueológicas?
-Creo que mal, pues se trató por igual a excavadores clandestinos, comerciantes y coleccionistas. Los excavadores merecen ser castigados. Pero entre comerciantes y coleccionistas habría que juzgar cada caso, pues son actividades permitidas en todo el mundo.
-¿Qué le pareció la idea de celebrar una corrida de toros en el anfiteatro de Itálica?
-No la comparto. Aunque defiendo la fiesta nacional, cada cosa debe utilizarse para los fines que le son propios.
-¿Quién se inventó la mutilación de los genitales de las esculturas romanas de Itálica?
-El invento fue del periodista J.J. Benítez, y se buscó la complicidad del que fue restaurador del Alcázar, Francisco Peláez. Éste confesó después que él mismo había modelado los genitales de cera que aparecían en la foto. Todo fue una absoluta mentira.
-¿Y la famosa caja en la que se conservaban los penes mutilados?
-Fue todo obra de Peláez, no se hasta qué punto por iniciativa propia o por encargo de Benítez. Esa caja con genitales auténticos no existió nunca.
-Pero la Delegación de Cultura llegó a instarle a que repusiera usted los órganos mutilados en sus lugares correspondientes...
-Sí, es cierto. Me llamaron instándome a que los repusiera, y tuve que decirles que si también ellos se habían creído la patraña. Y les envié un escrito para que lo hicieran llegar a la prensa y obligaran a Benítez a desdecirse, pero consideraron que era mejor dejar que el asunto se olvidara.
-¿En qué medida el Cross de Itálica dañó el conjunto arqueológico?
-La celebración del cross fue motivo de un enfrentamiento serio entre la dirección, que yo ostentaba entonces, y el gerente, que había preparado todo de acuerdo con la Diputación, pero sin contar conmigo. Mi preocupación era la conservación de las ruinas en su conjunto. Me imaginaba lo que podía significar la presencia de miles de niños corriendo por todas partes para seguir a los corredores, y haciendo sus necesidades en cualquier parte, pues el conjunto no tenía más que un cuarto de baño.
-Sostiene que el mosaico que se dio por robado en diciembre de 1983, fue accidentalmente destruido, lo que implica una acusación tan grave como que alguien tuvo que deshacerse de los restos para ocultar el desaguisado...
-Nunca pude creerme que se robara en Itálica un mosaico, de noche, en pleno mes de diciembre, cuando no es posible ni limpiarlo debidamente ni que sequen los pegamentos que hay que utilizar. Los responsables políticos de aquellos días dijeron que había sido una obra de expertos, que era algo que se hacía en media hora. El profesor Martín Bueno dijo que más parecía una obra de necios. Yo siempre creí que había sido un puro accidente, causado por los asistentes al cross, que ni se dieron cuenta de lo que habían hecho. Al estar el mosaico cubierto con plástico para defenderlo de las heladas, lo pisaron y lo destruyeron, porque estaba bufado. Pero es algo que no puede probarse.
-¿Por qué un alcalde de Santiponce llegó a amenazar con sembrar Itálica de patatas?
-El alcalde de entonces se sentía perjudicado por la presencia de Itálica, una propiedad del Estado, exenta del pago de impuestos, en su término municipal. No veía los beneficios que el yacimiento le proporcionaba en otros aspectos, dando trabajo a la gente y atrayendo visitantes.
-Un consejero de Cultura calificó de «mantas» a algunos directores de museos ¿qué hace ese consejero ahora?
-Creo que fue presidente del Parlamento andaluz; entonces acababa de hacerse cargo de la Consejería.
-Como director de Itálica se le prohibió hablar con la prensa en la democracia, no en la dictadura...
-A todos los directores de museos se nos prohibió hacer declaraciones a la prensa. Fue al producirse las transferencias. Mientras dependimos del Ministerio nunca estuvo prohibido, ni en la dictadura ni en la democracia. Lo mismo sucedió con la autonomía para celebrar actividades culturales. La tuvimos mientras dependimos del Ministerio.
-¿Le filtraron la correspondencia?
-No me consta que sucediera en Sevilla, aunque durante algún tiempo toda la correspondencia tenía que ir a las Delegaciones en todas las provincias. Fue esa época posterior a las transferencias en que se quiso privar a los museos de la autonomía y personalidad que habían tenido hasta entonces.
-¿Dónde debe conservarse el Tesoro del Carambolo?
-Sin duda, en el Museo Arqueológico de Sevilla. Con esa condición el Ministerio declinó su derecho a indemnizar al hallador en beneficio del Ayuntamiento, que debe atender a otros problemas.
-¿La reforma del Arqueológico debe hacerse cerrando al público?
-Si dependiera de mí, no cerraría. Tenemos la experiencia de museos que se cerraron para un par de años y luego no se veía el momento de poderlos abrir. Sucedió en Sevilla con Bellas Artes. Mientras el museo está abierto, está vivo. Si lo cerramos, es como si lo matáramos. Queda desvinculado de todo.
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