ABC. 09/03/2010
Este sello, que ya existe desde 2006 como una iniciativa intergubernamental entre 17 estados miembros y otros 3 países europeos, sería así oficialmente reconocido en toda la Unión Europea, y contaría con unos criterios de calidad definidos y con recursos propios.
El Ejecutivo comunitario propone que se conceda la denominación a aquellos lugares o bienes que "celebren y simbolicen la integración, los ideales y la historia de Europa" según la comisaria europea de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud, Androulla Vassiliou.
El sello "contribuirá a aumentar el sentimiento de pertenencia a la UE y promover el entendimiento mutuo" y "fomentará el turismo cultural" en los Estados miembros, afirmó Vassiliou en una rueda de prensa retransmitida desde la sede del Parlamento Europeo (PE) en Estrasburgo.
En la actualidad, 64 lugares han recibido la etiqueta; entre ellos España, que aporta el cabo de Finisterre, el archivo de la Corona de Aragón, la Residencia de Estudiantes y el Monasterio de Yuste.
Todos estos lugares conservarán la denominación y, a partir de ahora, las autoridades nacionales podrán proponer dos candidatos adicionales anualmente, de entre los que un comité independiente de expertos seleccionaría a uno por país y por año para recibir el sello.
"Ahora habrá nuevos criterios claros, basados en el valor simbólico y calidad para fomentar identidad europea", de forma que "sólo objetos y lugares relevantes lo reciban", explicó Vassiliou.
La denominación podrá aplicarse a monumentos, lugares urbanos o naturales, paisajes urbanos y lugares históricos, así como a bienes tangibles e intangibles.
Además, la propuesta de la Comisión incluye la revisión cada seis años de todos los lugares a los que se les conceda el sello -además de aquellos que ya lo poseen-, para garantizar que "siguen cumpliendo con los estándares y normas" establecidos, señaló la comisaria.
La iniciativa contará con un presupuesto de 925.000 euros por año, una "cantidad pequeña comparada con sus potenciales ventajas educativas y turísticas", afirmó Vassilou.
La conversión del sello en una denominación oficial de la UE "le dará mayor credibilidad, visibilidad y prestigio", y además servirá y fomentar la difusión de los "valores democráticos y humanos", que constituyen la base de la integración europea, recalcó.
La etiqueta es, por ahora, exclusiva para los Veintisiete, pero Vassiliou no descartó que en futuro pueda abrirse a los países en proceso de adhesión.
La propuesta para su creación deberá pasar por el Consejo de Ministros de la UE y el Parlamento Europeo, y podría entrar en vigor entre 2011 y 2012. EFE
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