ABC. 09/04/2010. I.A.
Desde la Edad del Cobre hasta nuestros días han pasado muchas civilizaciones por el alcor más poblado de la provincia de Sevilla. Alcalá de Guadaíra ha conservado restos de aquellas culturas, que dejaron elementos tan emblemáticos como los dólmenes de Gandul; el castillo de Alcalá, que es la mayor fortaleza almohade de España o las decenas de molinos medievales que pueblan el río Guadaíra. La oficina de Turismo ha preparado para mañana una visita en bicicleta por algunos de estos espacios, con el fin de ofrecer un itinerario cultural por el pasado de la ciudad al tiempo que se ejercitan los músculos. Se trata de una ruta de dificultad baja que comenzará a las diez de la mañana y que adentrará al público en monumentos tan significativos como la necrópolis de Gandul, una construcción funeraria del Calcolítico de la que se conservan algunos dólmenes y que ha sido declarada Monumento Nacional.
Tras los pasos de un monitor, los ciclistas se dirigirán luego a otro conjunto funerario, en este caso romano, un yacimiento que quedó al descubierto el año pasado y que está compuesto además por un molino de aceite y una villa.
Otra de las paradas del recorrido, que tiene una duración de unas tres horas, es el famoso castillo de Marchenilla, una construcción que se conserva en buen estado y que alberga una valiosa pintura de la Virgen de Guadalupe en su capilla de San Isidro Labrador. Situada en la carretera que une Alcalá con Morón de la Frontera, es conocida por su torre del homenaje y, aunque es propiedad privada, puede ser visitada los sábados por la mañana.
Otra de las fortalezas que se visita es el castillo de Alcalá, de origen musulmán y flanqueado por un total de once torres. Llama la atención su muralla, con un grosor de dos metros y con numerosas almenas en perfecto estado, además del patio, que perteneció al alcázar donde se alojaron personalidades tan ilustres como los Reyes Católicos y Carlos V.
Paraje natural
Además del patrimonio histórico, la visita de mañana también se adentra por una de las zonas verdes mejor valoradas de esta localidad. Se trata del Parque Natural de Oromana, un paraje que discurre junto al cauce del río Guadiana con una frondosa vegetación por la que pasean los vecinos de Alcalá. Dispuesta con merenderos y espacios de recreo, es el lugar perfecto para improvisar un picnic y tomar fuerzas después de tanto pedaleo. Un último paseo por alguno de sus senderos permitirá contemplar el antiguo embarcadero y las decenas de molinos históricos que salpican la ribera.
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