Era lo que se esperaba, pero en el Ministerio de Cultura rehúsan airear cómo le afectarán los recortes a sus obras en el Arqueológico y el Bellas Artes. El arquitecto sevillano, responsable de la primera lo avanza: «La rehabilitación se alargará».
El Correo. 28/06/2010
-Últimamente no paramos de darle la enhorabuena. Ganó los suculentos concursos de rehabilitación integral del Museo Arqueológico de Sevilla, de conversión de las Reales Atarazanas en CaixaFórum, acabamos de ver cómo de espectacular ha quedado, tras años de obras, el Palacio de San Telmo. Y ahora nos enteramos de que una multinacional francesa de prestigio le acaba de otorgar el Trofeo Archizinc en su categoría de Edificio para Equipamiento Público por su Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena. Esto sí que es un non-stop...
-La verdad es que sí... Hay premios que son el reconocimiento a una obra, como es el caso, y otros que son el resultado de concursos a los que nos hemos presentado. Pero todos son igual de bienvenidos.
-Cumplimentado lo referente al premio, pasemos revista a sus proyectos. Empecemos por uno que preocupa dada la crisis y los mensajes que se lanzan desde Madrid: la rehabilitación integral del Museo Arqueológico de Sevilla. ¿Habrá retrasos o recortes?
-La crisis va a afectar al proyecto y los tiempos van a ralentizarse casi con absoluta seguridad. Y la obra habrá de hacerse por fases en vez de hacerla del tirón como yo quería, lo que conllevará retrasos... De todas formas, he de aclarar que estamos cumpliendo los plazos por ahora: hemos entregado un anteproyecto al Ministerio de Cultura que ha sido visado también por la dirección del Arqueológico, y estamos a la espera de presentarle el proyecto a la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta, porque la idea es que la redacción del proyecto básico, para lo que tenemos dos o tres meses de plazo de entrega, se haga con todas las bendiciones patrimoniales posibles. Y espero que no haya pegas porque el proyecto es una propuesta absolutamente respetuosa con el edificio original de Aníbal González.
-Otro frente abierto, y quizás de los más avanzados, es el de la conversión del Pabellón de la Navegación, que usted ejecutó para la Expo, en museo y palacio de congresos. ¿Hay última noticia?
-Sí, ahí va, se trabaja, sólo que a un ritmo bastante lento de construcción. Está incidiendo el traspaso de competencias de Agesa a la Junta, y tenemos temas pendientes que hay que resolver... Pero lo importante es que la obra está bastante avanzada, como a un 60%.
-Con lo que para 2011 podría reinaugurarse...
-Podría estar la obra arquitectónica, pero faltaría la museográfica. Y aquí es donde está la madre del cordero: la intención es hacer un edificio que compagine actividades expositivas y congresuales, pero debo decir que estoy en contra de eso. Creo que ése debe ser el Museo de la Navegación que tanta falta le hace a Sevilla. Sería éste un proyecto de mayor ambición, lo que pasa por dejar a un lado ese tema de pequeños congresos que no son necesarios en ese espacio y que perturbarían muchísimo la actividad expositiva del edificio.
-¿Lo ha dicho donde debía? ¿Le harán caso?
-Sí, he expuesto donde debía, en este caso en la Junta de Andalucía, la necesidad de revisar el proyecto. Y en esa revisión me parece esencial que la planta baja de uso previsto congresual se transforme para acoger exposiciones temporales, que sabemos por experiencia que son las que realmente dan vida y motivan las revisitas del público a los museos. Y sobre lo que pregunta de los retrasos, no afectaría a la obra arquitectónica en curso, sólo al proyecto museográfico, que es posterior y por ello estamos a tiempo de modificarlo.
-¿Qué dice la Junta?
-Que lo van a estudiar. Y por lo que he podido percibir, lo harán.
-Y ya que no pudo cuajar el proyecto en las Atarazanas como pretendía su fundación...
-Hemos de dirigir todos los esfuerzos en esa dirección y buscar sinergias para, entre todos, darle a Sevilla el Museo de la Navegación que se merece por su río y por su historia. Y que no es un proyecto nuevo, porque ya en la Expo se previó que, una vez pasados los fastos, se dedicaría el Pabellón de la Navegación a la relación marítima de Sevilla con América, que incluía hasta un centro de investigación. Pero la crisis que devino en la postExpo fue tan fuerte que acabó con ese proyecto y ha provocado que este pabellón haya estado a la deriva todos estos años, lamentablemente. Por eso tengo mucha ilusión en que esté pronto esta obra y, sobre todo, en que sea el gran Museo de la Navegación que Sevilla merece.
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