La única forma de ver el tesoro: que te cojan a peso para subir y bajar. Los problemas se detectan en la Plaza de América, donde están situados. Cuatro salas del Arqueológico quedan fuera del recorrido para discapacitados. Para entrar al de Artes y Costumbres, el vigilante debe estar disponible.
12/10/2010. El Mundo. Francisco Javier Recio.
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La mitad de los museos andaluces ofrecen importantes barreras de acceso o durante la visita para las personas discapacitadas. Escaleras, rampas con pendiente excesiva, aseos mal adaptados, mostradores y textos a una altura demasido elevada...
Uno de los ejemplos significativos de esa situación es el Museo Arqueológico de Sevilla. ELMUNDO.es lo ha visitado en compañía de Esperanza Castro, tesorera de Aspaym, una asociación de personas discapacitadas.
El primer problema aparece antes de llegar al museo. No hay aparcamiento reservado en las inmediaciones, los acerados presentan rebajes pésimos y el tramo hasta la rampa es de tierra, intransitable en días de lluvia para las sillas de rueda o las personas con movilidad reducida. El arranque de la rampa tiene baches y su pendiente dificulta el acceso de la silla de ruedas si no tiene motor o no se cuenta con alguien que la empuje.
Una vez dentro, se constata que los rótulos, a demasiada altura y con letra pequeña, son ilegibles para personas en silla de ruedas o acondroplásicos (personas de baja altura). No hay un recorrido marcado para invidentes y el pavimento de la planta sótano tiene imperfecciones que son un riesgo para quienes necesiten muletas.
Pero lo peor está por llegar. La pieza más importante del museo, el Tesoro del Carambolo, es inaccesible para las sillas de ruedas por encontrarse sobre una plataforma sin rampa. Para llegar hasta la urna donde se encuentra el tesoro, un discapacitado necesita la ayuda de una o más personas (si va en silla de ruedas, al menos dos para levantarla en peso). Y tras esos escalones se encuentran otras cuatro salas del museo.
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