· El recinto albergará también restos de otros santuarios fenicios de la región
· El tesoro se ha podido ver cinco veces en los últimos 32 años
· Juan de Mata Carriazo dirigió las excavaciones tras su hallazgo casual
· La mayoría de los expertos dicen que las piezas adornaban a un dignatario
· Una hipótesis más reciente señala que adornaban a toros sagrados
17/01/2012. El Mundo.
El Museo Arqueológico de Sevilla abre al público, a partir de este martes, una nueva sala permanente para hacer más accesibles y atractivas las colecciones vinculadas al Santuario de El Carambolo. Tras años encerrada en una caja fuerte y de polémica, esta joya arqueológica y patrimonial en una amplia variedad de campos, sale, pues, por fin, a la luz.
La sala también albergará restos de otros santuarios fenicios de la región del Bajo Guadalquivir que siguieron el mismo modelo.
Cerámicas, estatuillas y, principalmente, las joyas "trazan un discurso en el que el Tesoro de El Carambolo sirve de motivo central para ofrecer una nueva visión de las culturas tartésica y fenicia" que habitaron este territorio entre los siglos IX y VI a.C, según fuentes de la institución museística.
La inauguración oficial está prevista esta tarde a cargo del consejero de Cultura, Paulino Plata. Curiosamente, la sala donde desde ahora se podrá contemplar El Carambolo es la misma sala donde, en octubre de 2009, se pudo contemplar el tesoro, en la última muestra que se le ha dedicado. En esa ocasión, se celebraba, con un año de retraso, los cincuenta años del descubrimiento de este hallazgo.
De este modo, en los últimos 32 años, este tesoro tan sólo ha podido contemplarse en cinco ocasiones. Hasta ahora, cuando su exhibición, por fin, tendrá carácter permanente.
El conocido como Tesoro de El Carambolo es un conjunto de 21 objetos, 16 placas rectangulares, 2 pectorales o colgantes, 1 collar y 2 brazaletes, que se descubrió casualmente en el año 1958, durante una reforma en el edificio de Tiro del Pichón en Camas, originando posteriores excavaciones llevadas a cabo por Juan de Mata Carriazo.
Las piezas fueron ocultadas dentro de una estructura oval, en la que además había abundantes huesos de animales y cerámica del tipo que se ha denominado 'carambolo', lo que ha hecho pensar en un posible espacio de culto o destinado a algún ritual, según informa el Museo.
La interpretación más aceptada afirma que servían de exorno para un dignatario religioso o político, o quizás para dos, ya que aunque todos los elementos que componen el tesoro parecen haber salido de un mismo taller, se pueden identificar dos conjuntos en base a la decoración. Una interpretación reciente propone la posible utilización de algunas piezas en el adorno de toros sagrados, basándose en paralelos arqueológicos y etnográficos.
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