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El Cabrero, 40 años de rebeldía


El Cabrero, durante su actuación en la XIX Noche Flamenca. | M.M.M.
08/07/2012. El Mundo.

Cuando celebra cuarenta años de su debut profesional, El Cabrero sigue plantando cara a la hipocresía y dándole a su legión de seguidores no sólo garantías de verdad sobre la base de su experiencia, sino midiendo sus vivencias con la verdad de quienes musicaron el dolor agridulce de Andalucía.

Badajoz, Almería, Sevilla y ahora Zambra, son los lugares escogidos por el cantaor de Aznalcóllar para persistir en su personal alegato por la libertad de pensamiento y en pro del prestigio y honra del arte flamenco, lo que explica que los zambreños, acariciados por la brisa que sopla a orillas de río Anzur, anotaran en su cuaderno de bitágora la frase del verano: "Éste sí que canta con dos cojones".

El Cabrero desembarcó en el corazón del público navegando en un océano de matices, pues si descubrió la brújula para navegar en la alta mar de la soleá, le echó dos pares de anclas a la serrana, y si sostuvo una lucha franca con la pleamar de los fandangos, despejó toda la neblina del cuplé por bulerías... Al final, sólo le faltó que le hicieran la ola.

Pero los rumbos en la aldea ruteña fueron fijados por cuatro guitarras de arte total, como bien constataron Guillermo Cano, que se pasó de tiempo pero que se impuso en los fandangos y en el conocimiento de los vientos de la malagueña, y Miguel de Tena, que levó anclas sobre la mariana, zarpó hacia los dominios de la taranta y supo sortear los bandazos de la bulería, hasta hacer que por fandangos el público se rindiera a sus pies.

Pero si el género lo que demanda es un flamenco de siempre en un nuevo mundo musical, especial mención igualmente para El Pele, que luchó contra el sotavento del sonido y engrandeció la zambra, para luego dedicar a quien firma unas seguiriyas extraordinarias y únicas, ese modo de emocionar al respetable con aquellos tercios que parecían varados sobre el fondo de la conciencia gitana, marcando su soberanía mismamente por malagueña y tangos.

La resaca del cordobés tuvo continuidad en El Capullo, que fue cortando las aguas del compás con la proa de las bulerías por soleá, encontró mucha calma en los tangos y fandangos y provocó la admiración por bulerías.

Al cierre de la noche, el público seguía recordando a El Cabrero, el timonel que desde el río Anzur había zarpado para fijar en Madrid, Jaén, Málaga, Aznalcóllar, Zalamea la Real o Alicante, una alta meta como blanco y modelo: permanecer durante 40 años siendo un grito de rebeldía contra el sistema y dar la batalla en el escenario por un flamenco sano y genuino, pero no como una forma de vida, sino como una fuerza activa al servicio de la vida.

Ficha artística

Espectáculo: XIX Noche Flamenca de Zambra. Dedicada a El Cabrero en sus 40 años / Al cante: El Cabrero, El Pele, El Capullo de Jerez, Miguel de Tena y Guillermo Cano / Al toque: Niño Jero, Rafael Rodríguez Cabeza, Paco Cortés y Patrocinio Hijo / Lugar y fecha: Recinto deportivo. 7 de julio de 2012.

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