El tesoro del Carambolo, como es sabido, fue descubierto en 1958 en el cerro homónimo de Camas, en el marco del hallazgo de los vestigios arquitectónicos de un antiguo santuario que los expertos atribuyen a una población de influencia fenicia. La localización de una figura atribuida a la diosa fenicia Astarté, en ese sentido, sostiene la tesis tradicional de que el santuario estaba dedicado expresamente a esta divinidad, toda vez que la antigüedad de las 21 piezas de oro labradas al estilo oriental que conforman el tesoro del Carambolo se remontaría a los siglos VII y VIII antes de Cristo.
Este fabuloso ajuar áureo, de incalculable valor e icono del patrimonio histórico de la provincia de Sevilla, pertenece al Ayuntamiento hispalense pero está adscrito a la colección del Museo Provincial de Arqueología, gestionado por la Junta de Andalucía pero cuya titularidad recae en el Estado. Su devenir, en ese sentido, está marcado por una intensa polémica dada la ausencia de acuerdo entre las administraciones para que el tesoro sea nuevamente expuesto a la ciudadanía, porque el Museo Arqueológico muestra sólo una réplica a cuenta de los costes inherentes a las necesarias medidas de seguridad que requiere una exposición permanente de las piezas.
Las teorías del carambolo
La investigación del tesoro, en paralelo, tampoco está exenta de debate. En 2012, los prestigiosos arqueólogos Fernando Amores y José Luis Escacena publicaban el estudio 'Revestidos como Dios manda. El tesoro del Carambolo como ajuar de consagración', al objeto de profundizar en el papel que este fabuloso ajuar jugaba en el mencionado santuario de influencia fenicia.
Mediante este estudio, publicado en la revista de prehistoria y arqueología de la Universidad de Sevilla y recogido por Europa Press, Fernando Amores y José Luis Escacena defendían la hipótesis de que el famoso tesoro fue un ajuar que engalanaba a un sacerdote y a dos bóvidos destinados a ser inmolados en honor de los antiguos dioses fenicios Baal y Astarté.
"El conjunto incluiría el atuendo sacerdotal, más los atalajes de sendos bóvidos ofrecidos a Baal y a su compañera Astarté", señala el informe, toda vez que otras teorías atribuyen las joyas al ajuar de un monarca tartésico. Amores y Escacena, que ya defendieron su hipótesis allá por 2003, argumentan toda una serie de textos históricos que prueban que "durante la Antigüedad, la dedicación de primicias a los dioses consistía en sacrificios de animales que iban con la correspondiente procesión", toda vez que "para la época tartésica, algunos toros representados sobre vasijas llevan prendas que cuelgan de la espalda del animal", en referencia a una banda ancha o cincha posada sobre el lomo del animal y que cae por sus flancos.
Nuevo proyecto de investigación
Pues bien, lo cierto es que estos días el Museo Arqueológico de Sevilla celebra un seminario titulado 'Trabajo sagrado. Producción y Representación en el Mediterráneo Occidental durante el I Milenio a.C.', organizado por la institución museística en colaboración con la Universidad de Sevilla. En el programa, recogido por Europa Press, figuran ponencias relacionadas con el famoso tesoro del Carambolo, como por ejemplo la protagonizada por María Luisa de la Bandera, del departamento de Prehistoria e Historia Antigua de la Hispalense, o la conferencia conjunta de Ana Navarro y Concha San Martín, de la dirección del propio Museo de Arqueología de Sevilla.
Ana Navarro, en ese sentido, ha explicado que estas conferencias abordan en efecto las teorías científicas sobre el tesoro del Carambolo, "vinculándolo especialmente" con el yacimiento arqueológico del cerro del que toma su nombre, porque aunque las "labores de campo" acabaron allá por 2005, "hay un trabajo de investigación (documental y de laboratorio) que sigue adelante".
Es ahí donde Navarro ha anunciado que el Museo de Arqueología de Sevilla, en colaboración con especialistas del mundo académico, prepara un nuevo proyecto para "recopilar todas las investigaciones" realizadas hasta el momento sobre el tesoro del Carambolo y emprender "un estudio minucioso y pormenorizado, tanto a nivel macro como micro", de la documentación gráfica existente de las piezas, al objeto de buscar "huellas de su producción y uso". Todo ello, según explica, para "validar las teorías ya existentes o plantear otras nuevas".
Ana Navarro ha explicado que todo el trabajo de investigación partirá de la "documentación gráfica" de las piezas áureas, con tecnologías avanzadas, a la búsqueda de "nuevas evidencias". En cuanto al futuro del ajuar, ha reconocido que "sería ideal" que estuviesen expuestas a la ciudadanía, aunque ha recordado que su "custodia permanente" implica un alto coste. Los expertos y gestores del Museo de Arqueología, de cualquier manera, están "deseando" que el tesoro sea nuevamente expuesto.
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