Dentro de tres meses, en abril, se cumplirán dos años desde que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordara proteger el yacimiento de El Carambolo ( siglo VII -VI a. C.) como Zona Arqueológica y, por tanto, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC). Situado en el término municipal de Camas, en 1958 se produjo el hallazgo del tesoro tartésico descubriéndose uno de los primeros vestigios de las culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y la Península Ibérica. La Junta, entonces, inscribió el yacimiento en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz. Desde entonces y hasta hoy, los restos se encuentran en el más completo abandono y sometido a la acción de los vándalos.
Las basuras se acumulan en los accesos del yacimiento, responsabilidad del Ayuntamiento de Camas. Foto: Lince. |
Acceder al yacimiento no supone problema alguno. La verja del antiguo Tiro de Pichón se encuentra permanentemente abierta para todo aquel que quiera acudir a arrojar escombros o basuras, lo más habitual, o celebrar botellonas sobre la plataforma de hormigón que protege los últimos restos aparecidos en el último periodo de excavaciones desarrollado entre 2002 y 2006.
Hace dos años, la oficina del Defensor del Pueblo recibió una queja, precisamente, por los continuos vertidos de escombros que se producían en el yacimiento. Abrió un expediente que terminó en los cajones de la Consejería de Cultura que se limitó a reclamar a la propietaria de los suelos, la inmobiliaria Gabriel Rojas, que tomara medidas y evitara nuevos vertidos de basuras. La empresa, presentó un recurso de alzada que fue estimado. La Junta, posteriormente, se instó a sí misma, a la Delegación Territorial de Cultura en Sevilla, a “normalizar la situación en la que se encuentra el yacimiento de El Carambolo”. Y ahí quedaron las últimas actuaciones conocidas. Ni la Junta de Andalucía que ostenta las competencias para salvaguardar el patrimonio histórico, ni el Ayuntamiento de Camas a quien corresponde el mantenimiento de los accesos o la propietaria de los terrenos mueven un músculo por evitar el continuo deterioro del importante yacimiento arqueológico.
La empresa propietaria de los terrenos, la inmobiliaria Gabriel Rojas, quiso desarrollar un proyecto hotelero en la zona más elevada del cerro, desestimado finalmente por la Junta de Andalucía tras la aparición de valiosos restos en la última fase de excavaciones. La administración andaluza tuvo que abonar a la constructora, por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, 1,9 millones de euros. En 2000, el Ayuntamiento de Camas recalificó los terrenos donde se encontró el Tesoro del Carambolo dándole usos terciarios. La propia Consejería de Cultura autorizó la construcción del hotel que finalmente desestimó. Desde entonces, la Junta mantiene especialmente protegido un valioso yacimiento arqueológico abandonado desde hace décadas y que sólo sirve de vertedero de escombros, basuras y como lugar de encuentro de los vándalos.
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