9 jun 2010 ~ ~ Etiquetas:

El SICAC


Ignacio Rodríguez Temiño. 08/06/2010

El Conjunto Arqueológico de Carmona (nombre actual que recibe la antigua Necrópolis Romana de Carmona) estrena a partir de mañana un sistema de información al que hemos denominado SICAC, con poca originalidad por cierto. En cualquier caso contar con un sistema de información geográfica (la plataforma elegida ha sido el gvSIG de la Comunidad de Valencia por ser software libre y actualizado) para la gestión de un yacimiento resulta algo bastante poco común, de momento, en el panorama español e incluso internacional.

En un esfuerzo sin precedentes en el ámbito del patrimonio arqueológico andaluz, se han digitalizado un total de 235 estructuras desde los ustrina (quemaderos) hasta las tumbas y monumentos más emblemáticos del CAC, como la Tumba de Servilia, Tumba del Elefante o el anfiteatro. Se han realizado más de 10.000 comprobaciones taquimétricas; 1750 escaneos de 360º y se ha trabajado con más de 35.000 millones de puntos obtenidos mediante escáner láser. Además de ello, mediante un vuelo nos ha permitido obtener un ajustado modelo digital terrestre de la actual necrópolis y anfiteatro al que se le ha superpuesto una ortofotografía para obtener una imagen real del aspecto topográfico del CAC.
El resultado ha sido una representación tridimensional objetiva de muy alta resolución que es, en realidad, una réplica virtual de la topografía actual del CAC y de las estructuras arqueológicas originales.

En este sentido, cabe recordar que la Necrópolis Romana fue el primer yacimiento en abrir sus puertas a la visita pública de manera institucionalizada, puesto que se inauguró como "campo de excavaciones visitable" en 1885, con gran parafernalia y presencia de académicos de las reales academinas madrileñas y sevillanas. 125 años después, volvemos a ponernos a la cabeza en el diseño e implementación de instrumentos de gestión.

el SICAC incorpora un conjunto de bases de datos referidas no solo a las descripciones de los complejos funerarios, de los que solo se conocían de manera suficiente los publicados por De la rada y Delgado, Bonsor, Fernández-Chicarro, Bendala Galán y Belén Deamos, en total menos del 10% del total de os complejos funerarios existentes. A esta base de datos se le ha incorporado la documental que supone todo el archivo de la Sociedad Arqueológica de Carmona, así como los diarios del propio Bonsor y su extenso catálogo de fotografías. En aquellas tumbas que están sometidas a un estricto protocolo de monitorización de diversas variables medioambientales de cara al estudio de su conservación (trabajos que actualmente lleva dos años desarrollando el CSIC), lógicamente estas lecturas continuas también se integran dentro del SICAC.

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