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“Hablamos de Tartessos y se está destruyendo desde hace 30 años”

28/11/2011. Huelva Información. Vía Paleorama en Red.

El profesor emérito de la Complutense asegura que hace falta crear un comité científico internacional para tratar el tema de Huelva. Asegura que en La Joya hay que conservar y reconstruir la necrópolis.

Juan Pedro Garrido Roiz está de nuevo en Huelva. Siempre que volvía las instituciones culturales temblaban, porque se alzaba en voz crítica ante lo que se hacía mal y lo que no se estaba haciendo. Defensor a nivel internacional de la importancia de Huelva, de la que le da la mano al mito de Tartessos. Esta semana está en Huelva porque al viejo e ilustre profesor de la Complutense le han reconocido su trabajo. Lo ha hecho la gente de Huelva que siempre le valora y se han sumado sus colegas, la Asociación de Amigos del Museo y la Asociación Profesional de Arqueólogos de Huelva.

-Acaba de recibir el homenaje de la Asociación de Amigos del Museo de Huelva, ¿cómo se siente?

-Es una satisfacción que te reconozcan algún mérito por la dedicación a la arqueología. Es, además, una distinción importante por ser de aquí, de Huelva.

-Con este motivo ha vuelto hablar de Tartessos, ¿pero en verdad existió?

-En primer lugar habría que pensar qué es Tartessos, cuándo surge, a qué le llamaron Tartessos. De Tartessos no se sabe nada, no se puede hablar como un reino. Es lo que un grupo de griegos en el VII a.C. dice que vieron unos en su navegación al sur de Hispania, que llegaron a Tartessos y que un autor habla de esto 200 años después.

-¿Entonces ante qué podemos estar?

-Es el resultado de la presencia de los fenicios, que tampoco está muy clara, se aplica al Líbano, Siria y Turquía. En el mundo antiguo no hay denominación para ellos. Homero habla de los hombres rojos que comerciaban con la púrpura. Con la arqueología se constata en Huelva la presencia continuada de gente orientales desde el siglo X a.C. Si leyendo textos hay quien quiere ver al rey Argantonio pues le diremos que la leyenda hay que dejarla como leyenda.

-¿Es esta la clave para conocer este mundo?

-Los textos escritos no valen, para eso está la arqueología, aunque no habido una excavación completa de una ciudad. En Huelva el yacimiento del mundo occidental estaba intacto prácticamente, porque la presencia romana no le hace un daño grave. Pero aquí se ha arrojado todo a los vertederos de las marismas, aunque se recuperaron piezas gracias a que gente que no cobran y hacen se han preocupado más que otros que cobran y no hacen nada.

-¿Pero a qué vienen hasta aquí?

-Los primeros llegan buscando estaño, pero se tropezaron con las minas, con cantidad y calidad de oro, playa y cobre que se daba a la vez. Vienen los fenicios de Tiro, que fabrican la púrpura y dominan el mar. Fundan Cádiz y una ciudad cercana a Larache, dominando el estrecho, lo hacen mandados por un oráculo. En Huelva está clara la presencia de una colonia de explotación para recabar la riqueza minera, además de dedicarse a la pesca, con buenas técnicas.

-En La Joya aparecen importantes piezas.

-Cualquier objeto orientalizante de aquí era traído de muchos sitios de oriente. Puede que se fabricaran aquí, hay algunos indicios, pero no hay un arte tartésico, no existió. Lo cierto es que en el tiempo se fabricó un Tartessos inexistente, en pleno romanticismo y nacionalismo.

-¿Pero hay un sistema de escritura?

-En el yacimiento de Huelva hay tres sistemas de escrituras de formas fenicias, griego arcaico y otro enigmático. Si hay tres sistemas de escrituras es de otros tantos grupos étnicos.

-¿Qué falta para conocer a Tartessos?

-No se puede hablar de Tartessos sin tener una ciudad excavada. En Huelva hemos perdido esta posibilidad porque desde hace treinta años estamos destruyendo el patrimonio histórico.

-¿De dónde viene el nombre de Tartessos?

-Seguramente de las lenguas semitas. El origen puede estar en el vocablo TRST con la adicción del sufijo de probable origen minorasiático SSOS, para formar así el homófono Tartessos, nos ha sido transmitido, junto con otras noticias, por las fuentes escritas de origen griego. Dicho vocablo aparece en el siglo VII a.C. coincidente con el desarrollo demográfico de las colonias griegas de Sicília y Magna Grecia y con la intensificación de las actividades griegas en el Mediterráneo Occidental, entre las que cabe destacar la presencia samio-focense.

-¿Pero es una ciudad?

-El vocablo, en el concepto griego, no se refiere inicialmente ni a una ciudad ni a un pueblo o etnia, sino a un espacio geográfico ubicable en el lejano Ésperos junto a/o en el océano. El término Tartessos es inicialmente una designación para identificar a un territorio. Solo en fechas posteriores surge la ecuación territorio=grupo étnico y de modo no muy preciso.

-¿Cómo se puede aclarar todo?

-Debemos acudir al incontestable testimonio arqueológico pues hoy disponemos de información suficiente aunque incompleta, para responder al interrogante, polarizada básicamente en torno a tres hitos que jalonan el devenir del contenido material de lo que los griegos llamaron Tartessos. Estos son, primero, el depósito de más de 400 bronces amortizados procedentes de la ría del Odiel y extraídos por los dragados en 1923 junto al antiguo muelle de Tharsis. Segundo, la necrópolis de La Joya, todavía sin excavar en su totalidad. Tercero, los vestigios más antiguos del hábitat de Huelva hallados en los solares de la calle Méndez Núñez, fechables en los siglos X y IX a.C., lo que los hace contemporáneos del hallazgo de 1923. Junto a ello la proliferación de hallazgos de materiales griegos que por su cantidad, calidad y significado no parecen atribuibles al comercio fenicio.

-¿Qué habría que hacer en la necrópolis orientalizante de La Joya?

-Por supuesto que conservarlas y reconstruirla, no sólo las tumbas del callejón de La Joya, sino las del Parque Moret, donde hay estructuras intactas. El túmulo dos daba lo mismo y es que esta es una zona que se conectaba con aquella. Los cabezos se han ido separando con el tiempo por la acción del hombre, así que entonces hay que pensar que estaban unidos y se conectaban las necrópolis.

-¿Qué opinión le merece la actuación prevista en el cabezo de San Pedro?

-Pero qué van a reconstruir, el castillo medieval, si casi no quedan restos, aunque sí los planos. En el cabezo lo que había que hacer es investigar, lo que ocurre es que la parte alta está erosionada. Hay que bajar a la calle Aragón, la Plaza de las Monjas, pero hay que hacerlo siete metros por debajo. Hay que tener en cuenta que toda Huelva es un yacimiento arqueológico. Hay que hacer lo que no se ha hecho hasta ahora, crear un comité científico internacional para tratar el tema de Huelva, yo lo propuse en su día pero no encontré respuesta.

-Ahora se anuncia un congreso internacional sobre Tartessos, que promueve la Universidad de Huelva.

-No tengo noticias, hasta esta semana no me han invitado. Las universidades funcionan como le han dejado. Sin embargo, hace poco tiempo me invitaron a participar en Cádiz en un congreso fenicio y me pidieron que les enseñara la necrópolis de La Joya y hasta aquí los traje, lo conocieron todo de primera mano.

-¿Qué más se puede encontrar en Huelva?

-Todavía hay posibilidad de darle la importancia que tiene. No se trata de sacar cacharritos, sino de investigar. Hay cosas guardadas de antiguos hallazgos, otras que han salido fuera y las vendieron. Aquí hace falta un equipo de verdad, con un asesoramiento de lo que hay que hacer.

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