En total, reposan en su mágico suelo 109 individuos entre niños y adultos, de una edad máxima de 23 años, algunos de ellos en posición fetal.
21/12/2015. Hoy.
Amanece el 21 de diciembre en las afueras de Almendralejo. Las nieblas que envuelven a la Vega de Harnina como un sudario blanco comienzan a deshilacharse. Allá, a los lejos, en el horizonte de Almendralejo, el sol de invierno intenta rasgar los jirones niebla con sus rayos dorados. Apenas lo consigue.
Por fin, la luz cobra fuerza. Los rayos del sol penetran en un corredor oculto en la colina. Lleva más de cuatro milenios intentando volver a hacerlo, año tras año. La luz avanza por el corredor de piedra y desemboca en la cámara circular donde reposan los huesos de los antepasados. La luz del sol les da de nuevo en los ojos sin cuenca. El dios del sol acaricia, un solsticio de invierno más, a nuestros antepasados de la Edad del Cobre.
Unos antepasados que rezaron aquí hace 4650 años, y los que se enterró aquí colectivamente durante cerca de un milenio. En total, reposan en su mágico suelo 109 individuos entre niños y adultos, de una edad máxima de 23 años, algunos de ellos en posición fetal.
En un segundo momento, hace unos 4.000 años, alguien coloca los huesos de otras 34 personas al fondo del sepulcro, formando una media luna en la que los huesos más grandes se centran y los más pequeños ocupan las esquinas. La edad media de los difuntos ha bajado hasta los 21 años. Los arqueólogos afirman que la reorganización de los huesos en forma de media luna pudo deberse a una ofrenda ritual en el momento de clausurar la tumba. Bonito gesto de despedida…
Lee el post completo en el blog Extremadura Secreta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario