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Las tumbas de los constructores de los Dólmenes

Estudios. Las excavaciones a los pies de la Peña de los Enamorados han arrojado hallazgos significativos, entre ellos seis cráneos y dos mandíbulas del Neolítico. 

04/10/2020. Diario Sur. Antonio J. Guerrero. 

Esta semana concluye la primera excavación a los pies de la Peña de los Enamorados, donde pueden estar las tumbas de los primeros pobladores que se asentaron en la vega antequerana y que más tarde construyeron los grandes dólmenes, que son Patrimonio de la Humanidad. Se conocía la existencia de un yacimiento megalítico, pero se desconocía que hubieran personas enterradas desde hace 6.000 años.

Tras los primeros trabajos, David Wheatley, profesor de la Universidad de Southampton, explica con respecto a la estructura dolménica que «es una tumba porque contiene de seres humanos de la gente de la época neolítica». No se trata de un dolmen del estilo de Menga, pero sí de otras estructuras megalíticas repartidas por la península y vinculadas con los enterramientos: «Tiene partes naturales en un afloramiento de roca, que forma el lado de un corredor. Pero además hay algunas lajas de piedra, en ángulo recto del afloramiento, lo que nos indica que está la posibilidad de una estructura».

Según el especialista, el equipo ya ha sacado, de momento, «un grupo de enterramientos de hace 6.000 años, así como cerámica, sílex y cosas muy típicas del neolítico antiguo». Entre los restos humanos, han encontrado «cuerpos articulados, con seis cráneos y dos mandíbulas, todos adultos, salvo uno que es de un niño». Ahora les tocará «realizar pruebas radiocarbónicas para fecharlas. «Nuestra hipótesis actual es que es una estructura antes de Menga», avanza el investigador.

Centinela guardián

En los terrenos de la familia Moreno Gozálvez, propietaria de la finca que ha permitido que se realicen estos primeros trabajos, destaca la aparición de un betilo, una especie de centinela guardián de la tumba. Su misión era la de proteger «la entrada de la puerta del dolmen», según indica el catedrático de la Universidad de Sevilla, Leonardo García Sanjuán.

Además de esta excavación, se ha descartado que sean menhires unas piedras blancas grandes que había en la zona, concluyendo que son calizas que han caído de forma natural desde la falla donde se encuentra la Peña de los Enamorados. «Tras excavar, es claro que no son, cayeron de la Peña», ilustra Wheatley.

Por último, en esta última semana, García Sanjuán está investigando unas piedras naturales que pudieron tener un uso de santuario cuando se bajó del Torcal a la Peña.


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