Señalan "la intensidad sin precedentes de la ocupación" humana de la zona y la "increíble riqueza" de objetos.
06/11/2022. La Vanguardia.
Un estudio publicado por los investigadores de la Universidad de Durham (Reino Unido) Bisserka Gaydarska y John Chapman con el título "Mega enclaves en la Europa prehistórica" concluye respecto al asentamiento de la Edad del Cobre cuyos vestigios descansan en los términos municipales de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán, en Sevilla, que dicho sitio constituyó "una congregación singular a la que miles de visitantes regresaban repetidamente" y fue uno de los lugares de encuentro "más famosos" de Europa Occidental en el calcolítico, con una "reputación" difundida a "muchas regiones y miles" de enclaves.
El título completo de este trabajo de más de 120 páginas es "Mega enclaves en la Europa prehistórica. Donde extranjeros y parientes se encontraban". En el mismo, Bisserka Gaydarska y John Chapman dedican 12 páginas al asentamiento calcolítico de Valencina y Castilleja de Guzmán, detallando que la ocupación humana de dicho espacio se habría prolongado desde aproximadamente el año 3200 antes de la era común (AEC) al año 2300 de tal periodo, abarcando así "la mayoría de la Edad del Cobre" de la Península Ibérica.
En tales páginas, recogidas por Europa Press, estos autores recuerdan que se trata de uno de los "mayores" yacimientos de la Edad del Cobre al extenderse sobre 450 hectáreas y "uno de las más investigados" tras casi 130 campañas de excavaciones que se remontan al siglo XIX y gracias a las cuales han sido investigados, entre otros aspectos, los "impresionantes" 'tholos' de La Pastora, Matarrubilla y Montelirio como protagonistas de un "más amplio paisaje megalítico", así como cuevas artificiales y enterramientos individuales y colectivos en hoyos.
También repasan los diferentes puntos de vista de los científicos encargados de tales estudios, sobre la "naturaleza" de este gran enclave, protegido como bien de interés cultural (BIC) en la categoría de zona arqueológica; proponiendo que habría sido "un lugar de congregaciones y su tamaño" derivaría de su "creciente valor posicional y del desarrollo interno". De este modo, estos autores destacan la envergadura de este asentamiento calcolítico, conectándolo con una "enorme escala de prácticas sociales".
EL "PATRÓN DE ASENTAMIENTO" CALCOLÍTICO
"La acumulación de memoria cultural y de asociaciones basadas en el lugar durante nueve siglos de ocupación crearon una reputación única" para el enclave, consideran Bisserka Gaydarska y John Chapman, según los cuales este yacimiento constituye "un resumen del patrón de asentamiento de la Edad del Cobre ibérica", al contener "áreas de vivienda y producción, arquitectura funeraria monumental, recintos de zanjas y enterramientos no megalíticos, careciendo sólo de los cerramientos de muro típicos del tercer milenio" antes de la era actual en la Península Ibérica.
Especialmente, explican que "la intensidad sin precedentes de la ocupación" humana del territorio debe ser asimilada respecto a la "escala de consumo de ciertos artefactos", destacando la "increíble riqueza" de objetos de este asentamiento humano, fruto del acceso a recursos naturales "clave" para su elaboración y de "amplias redes de intercambio" con otras comunidades.
Así, recuerdan que en el asentamiento calcolítico de Valencina han sido hallados "numerosos tipos" de artefactos y materiales, "únicos o más abundantes" en comparación con otros enclaves, detallando que no sólo es el único sitio donde han sido localizadas piezas de marfil tanto africano como asiático, sino que los 8,8 kilogramos de dicho material rescatados en Valencina superan a la cantidad de marfil localizada en otros yacimientos.
ARTEFACTOS DE ORO, CRISTAL DE ROCA Y ÁMBAR
Además, exponen que este asentamiento humano estaba "aprovisionado con el mayor número de artefactos de oro y cristal de roca" detectado en todos los complejos de la Edad del Cobre de la Península Ibérica, destacando igualmente el hallazgo de piezas de ámbar procedente de Sicilia, entre otros materiales de carácter exclusivo o "exótico", fruto de "la escala de consumo" de esta comunidad y el "enorme" alcance de sus redes de intercambio.
Así, indican que la "concentración, combinación y recombinación de prácticas", incluyendo el número de enterramientos conocidos, que corresponderían a "probablemente más de mil individuos"; la variedad y cantidad de objetos "exóticos"; la variedad de tipos de monumentos y los ejemplos de artesanía singular, convierten a este asentamiento en un sitio de escala "sobresaliente" en la Edad del Cobre de la Península Ibérica.
En sus conclusiones, Bisserka Gaydarska y John Chapman resumen que este asentamiento constituyó para la Edad del Cobre de la Península Ibérica "una congregación singular a la que miles de visitantes regresaban repetidamente", llevando consigo "algunos de los más excepcionales y también más comunes objetos de la época".
"UNO DE LOS SITIOS MÁS FAMOSOS" DE EUROPA OCCIDENTAL
"La escala de las representaciones y celebraciones del encuentro anual" que acogía este enclave, según estos autores, convirtieron al mismo en "uno de los sitios más famosos" de Europa Occidental en el periodo calcolítico, con una "reputación" difundida a "muchas regiones y miles" de lugares del continente.
Ante esta publicación, Leonardo García Sanjuán, miembro del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla y cuyas investigaciones en este enclave citan Bisserka Gaydarska y John Chapman, ha destacado el "gran protagonismo" que ha cobrado en los últimos años este yacimiento, a cuenta de "los extraordinarios descubrimientos y sostenidas investigaciones" acometidas en el mismo, destacando especialmente las correspondientes al 'tholos' de Montelirio, localizado en Castilleja de Guzmán.
Y es que "la cultura material descubierta" en este yacimiento refleja que la comunidad calcolítica del mismo gozaba de "un nivel desofisticación artesanal, tanto técnico como estético, sin parangón en Europa occidental"; sobresaliendo "los objetos manufacturados en materias primas a menudo foráneas e incluso extrapeninsulares, como el marfil, el cristal de roca, el sílex o el ámbar".
"La presencia de estas materias primas revela que en el tercer milenio antes de nuestra era, las comunidades del Bajo Guadalquivir tenían un altísimo grado de conectividad con otras regiones", razona el profesor García Sanjuán.
"UN IMPORTANTE SANTUARIO"
Al punto, defiende que pesan "indicios bastante sugerentes de que, al menos una parte de la fama" de este asentamiento y "uno de los motivos de su atracción como lugar de encuentro" derivase de la existencia de "un importante santuario al que pudieron estar adscritas como sacerdotisas algunas de las mujeres enterradas en Montelirio", en alusión a los restos óseos de 20 mujeres descubiertos en torno a una estela dentro de dicho monumento megalítico, con "espectaculares indumentarias fabricadas con decenas de miles de cuentas perforadas de concha marina".
En cualquier caso, Leonardo García Sanjuán destaca que esta publicación "contribuye a situar" al gran yacimiento arqueológico de Valencina y Castilleja de Guzmán "en un plano de debate internacional, lo cual subraya su valor como recurso científico y patrimonial".
Precisamente por eso, recuerda que "tanto la comunidad científica" como los colectivos conservacionistas reclaman "desde hace años" que la Consejería de Cultura acometa "las necesarias inversiones" para una mejor conservación de este entorno arqueológico y la divulgación de sus valores.
"Es escandaloso que monumentos de la importancia de Montelirio, La Pastora o Matarrubilla estén aún en suelos privados, lo que impide tratarlos como es debido", asevera recordando que el 'tholos' de Matarrubilla sigue "cerrado al público y a los científicos por un conflicto con el dueño de la finca".
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