El Correo de Andalucía. 26/07/2009. Olga Granado
El Corredor Metropolitano de Sevilla servirá, con los 125 kilómetros que tendrá a su finalización, de nexo de unión para un área metropolitana muy urbanizada facilitando el transporte no contaminante y ofreciendo a ciclistas y paseantes un nuevo espacio para el ocio y el esparcimiento. Liderado por la Consejería de Medio Ambiente, un 90% del trazado ya está ejecutado.
El objetivo de la Junta de Andalucía “es contribuir a la creación de una auténtica red de espacios libres, articulados y vertebrados con el sistema de asentamientos y comunicaciones en el ámbito del área metropolitana de Sevilla, donde las vías pecuarias cumplen un papel fundamental como soporte”, según exponen en la Consejería de Medio Ambiente los responsables del diseño del proyecto.
La primera fase del Corredor Metropolitano ya está finalizada y contó con un presupuesto de 1.102.993,06 euros para habilitar 39,72 kilómetros de trazado para ciclistas y viandantes. Discurre por las vías pecuarias y caminos pertenecientes a los municipios de Sevilla, Coria del Río, Dos Hermanas y Los Palacios y Villafranca. De este modo, partiendo desde Sevilla (en concreto, debajo del puente del Centenario) se conecta con los cascos urbanos de Dos Hermanas y Los Palacios y Villafranca, adonde ya es posible llegar pedaleando o a pie por un lugar seguro y sin miedo al tráfico.
Complementariamente a esta fase se redactó el proyecto de la Laguna de las Cigüeñas, con el objetivo de adecuar la vereda del Arrecife y el cordel del Camino de Coria del Río, situados en los términos municipales de Dos Hermanas y Los Palacios y Villafranca. Estas vías pecuarias, una vez adecuadas, se incorporan al Corredor Metropolitano con objeto de enlazar las infraestructuras ya realizadas. Con esta incorporación, se conseguirá además conectar el parque periurbano de La Corchuela con la laguna. Está dotada esta actuación de un presupuesto de 297.776,66 euros.
También está terminada la tercera fase, que conecta la Universidad Pablo de Olavide con el Descansadero de Trujillo, a través de la denominada Puerta Verde de Alcalá de Guadaíra. La longitud total de la ruta es de 16,7 kilómetros y su adecuación contó con un presupuesto de 423.673,49 euros.
Entre tanto, la segunda fase, que conectará, a través de 13,28 kilómetros de un carril acondicionado para el cicloturismo, los municipios de Gelves, Mairena de Aljarafe, Palomares del Río, Coria del Río, San Juan de Aznalfarache y Sevilla, se encuentra al 80% de su ejecución, según precisan desde Medio Ambiente. Este tramo cuenta con una inversión de 1.372.477, 97 euros. De este modo, discurre en su totalidad por la comarca del Aljarafe y conectará con la primera fase en la barcaza de Coria del Río para cruzar el río Guadalquivir. Con su conclusión quedarán enlazados los siguientes puntos de interés: el parque del Alamillo, la ribera del Guadalquivir, la cornisa de Simón Verde, el parque periurbano de Porzuna y las ruinas de Itálica, además de los municipios de Santiponce, Camas, Sevilla, San Juan de Aznalfarache, Gelves y Palomares del Río.
Finalmente, en la actualidad se está redactando el proyecto que unirá la segunda fase, donde termina el carril bici de Camas, con el casco urbano de Santiponce, adecuando las vías pecuarias del Cordel del Alamillo, en el término municipal del primer municipio, y la Vereda de Campogaz, situada en el segundo.
Esta propuesta, que será la cuarta fase del Carril Metropolitano, se enmarca dentro del Plan de Ordenación y Recuperación de Vías Pecuarias que desarrolla desde hace años la Junta de Andalucía. La recuperación de estos espacios permitirá aprovecharlos para su tradicional función ganadera y para usos turísticos y medioambientales, así como potenciar su papel de corredores ecológicos y de conexión entre distintos espacios naturales del área metropolitana. La longitud total de este tramo es de 5.314 metros.
De todas maneras no faltan colectivos que critican el estado de conservación de los tramos ya abiertos. En este sentido, desde A Contramano, Ricardo Marqués apunta que “muchos tramos están permanentemente cortados por obras y con obstáculos para los ciclistas y viandantes”. En la misma línea subraya que, pese a que el corredor tiene una buena función de cara al ocio y esparcimiento de los ciudadanos, no puede considerarse como una vía “para favorecer la bicicleta como medio de transporte”. Recuerda así que “al carecer de iluminación no puede usarse de noche, y además muchas veces es invadido por vehículos todoterreno, lo que tampoco lo hace atractivo para echar una mañana de fin de semana”.
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