El pabellón que cubrirá Dombate coincide en extensión con el área excavada en la última campaña | CASAL |
La Voz. 30/12/2009. Cristina Viu
El presidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda, y el responsable de la empresa Construcciones en Piedra Sigrás, Antonio Ramos Reboredo, firmaron ayer el contrato para la realización de las obras de puesta en valor y conservación del dolmen de Dombate, un proyecto que lleva pendiente más de 20 años y que se ejecutará a lo largo del 2010. En el acto también participó José Manuel Pequeño, alcalde de Dumbría y responsable del área de contratación.
La firma es el último trámite de un proceso que se inició en 1987 y que culminará a mediados de noviembre del 2010, cuando se cumplan los 10 meses de ejecución previstos. Según fuentes provinciales, los trabajos comenzarán a mediados de enero y costarán 1.514.492 euros. Al concurso se presentaron un total de 24 empresas y fue finalmente la constructora de Cambre la que resultó elegida por las comisiones técnica y económica.
El edificio que contendrá el dolmen tendrá unos 900 metros cuadrados y fue diseñado por el arquitecto Francisco Vidal para cumplir las funciones de exhibición y conservación del yacimiento.
Climatización
Para la protección del monumento será preciso aislar el subsuelo hasta una profundidad de tres metros. De este modo, se conseguirá una temperatura estable y se logrará el acondicionamiento térmico necesario para mantener las pinturas en buenas condiciones.
Otra cuestión importante en este proyecto son los problemas de humedad. Con el muro pantalla perimetral no solo se conseguirá mantener una temperatura uniforme a lo largo de todo el año, sino que además se podrá efectuar un drenaje profundo por debajo del suelo de la cámara.
Según el autor del proyecto, la obra que comenzará el próximo mes tiene dos partes, la visible y la que quedará bajo tierra, que son igualmente importantes. El drenaje se completará con una red de pozos exteriores y con la instalación de un sistema de bombeo que llevará el agua sobrante a las escorrentías naturales que hay fuera del recinto.
Asimismo, habrá una red enterrada que conectará con las bajantes del pabellón y que eliminará las aguas pluviales. Este sistema se complementa con un foso perimetral abierto y cubierto con pavimento de madera.
Según las previsiones del arquitecto, el mantenimiento de las condiciones climáticas más adecuadas para la conservación de las pinturas será muy sencilla y se basa únicamente en el equilibrio entre la humedad y la temperatura, que se conseguirá el aislamiento del subsuelo, la ventilación natural en la parte alta del edificio y la protección de la luz del sol, que nunca incidirá directamente en el monumento, a pesar de que todas las fachadas son, en gran parte, de cristal.
La construcción del pabellón será la parte más delicada, puesto que tendrá que realizarse sobre el dolmen, aunque la cubrición ideada por Francisco Vidal permite no tener que trabajar directamente por encima del yacimiento, sino que las piezas de madera que formarán el tejado podrán ensamblarse fuera.
A pesar de ello, durante todo el período de obras estará presente un arqueólogo, para garantizar la seguridad del monumento y aconsejar a la empresa sobre el modo en que debe realizar el trabajo.
Por el momento, continúan las labores de excavación, que se realizan en los 344 metros cuadrados que ocupará el edificio de recepción de visitantes. La Diputación todavía tiene pendiente la convocatoria de un concurso para decidir la musealización del recinto.
El pabellón. Una cubierta de madera y cuatro paredes de cristal
El edificio que protegerá el dolmen destacará especialmente por su cubierta a cuatro aguas realizada en madera. El techo consistirá en una malla de láminas que culminará en una linterna central cuya finalidad será iluminar suavemente el monumento con luz natural.
El espacio, de 900 metros cuadrados será diáfano. Únicamente habrá una rampa alrededor del dolmen que permitirá su vista desde arriba.
La cubierta será sostenida por 24 pilares de fundición de cobre y alrededor se plantarán 16 álamos que además de decorar tienen la finalidad de drenar el agua sobrante.
Además de la madera y el cobre, se utilizará el cristal, por lo que se mantiene la idea de encerrar el dolmen cabanés en un escaparate, como en la propuesta anterior.
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