19/08/2011. La Crónica de Badajoz.
La Dirección General de Ordenación Industrial y Comercio del Gobierno extremeño decidió ayer suspender los trabajos de ampliación de la explotación minera 'Villaluengo I' ubicada en el término municipal de Garrovillas de Alconétar, en Cáceres. La decisión de la Junta se sustenta en el informe recibido por parte de los técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico-Artístico de la Consejería de Cultura.
El documento remitido insta al Ejecutivo a priorizar la conservación de los tres yacimientos arqueológicos datados en los periodos calcolítico-hierro-romano. Hace unos días, desde la Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura (Adenex) alertaban de que las labores de ampliación estaban provocando "daños irreparables" en dos de los yacimientos.
Desde la Junta aseguran que se ordenó el pasado miércoles a la empresa explotadora, Minería SL, paralizar la actividad, incluido el cerramiento o la construcción de caminos de acceso, una decisión que ya ha sido acatada por la empresa. El Ejecutivo explica que la Dirección General de Ordenación Industrial y Comercio no autorizó la ampliación sino que tramitó el expediente expropiatorio solicitado por la empresa sin que éste implique la autorización del inicio de la actividad minera, versión que confirman desde Minería SL.
A la ampliación deberá dar luz verde este organismo teniendo en cuenta la evaluación del impacto, el estudio arqueológico y la autorización del Plan de Restauración. Además, la Dirección General de Medio Ambiente también está elaborando un estudio de choque ambiental sobre la ampliación de la cantera. Minería SL solicitó el pasado año extender la cantera para suministrar de balasto las obras del AVE. En mayo del 2011 se declaró, por parte de la Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente, la ocupación urgente de los terrenos necesarios para la ampliación. Levantada el acta, la empresa había iniciado la delimitación sin llegar a trabajar aún en la zona.
También ayer una veintena de arqueólogos de todo el país mostraban en un escrito su preocupación por la "suerte" que puedan correr los yacimientos.
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