El colectivo ecologista y sociocultural considera que el organismo autonómico es el único que puede promover la conservación de este bien "más allá de intereses particulares".
28/03/2016. La Información.
Salvemos Cabana insta a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta a asumir la titularidad del centro arqueológico del dolmen de Dombate ante las "poco afortunadas intervenciones" en su gestión por parte de la Diputación de A Coruña y el Concello de Cabana de Bergantiños.
En este sentido, el colectivo de defensa sociocultural y ambiental valora de manera muy positiva la propuesta de AGE en el parlamento, formación con la que coincide en denunciar que los convenios entre las dos instituciones "no son los más apropiados" para la protección de este bien cultural.
Pérdida patrimonial
Es más, la plataforma recuerda que los conflictos entre administraciones y el abandono por parte del organismo provincial supusieron la desaparición de un pequeño dolmen de época anterior al visitable como consecuencia de una sucesión de inundaciones y de medidas de protección inadecuadas.
Salvemos Cabana incide, a la vista de los hechos, en que la Diputación coruñesa "no se encuentra en condiciones de proteger adecuadamente un patrimonio como Dombate" y critica al responsable del área de Patrimonio de la institución, el nacionalista Xesús Soto, por renovar el convenio con el municipio coruñés tras haber anunciado justo lo contrario.
Beneficio particular
Asimismo, desde la plataforma alertan de que la renovación de este convenio permite "un plan dispar de actividades con poco o nulo control" sobre el bien, a lo que suman el hecho de que en el "I Congreso Internacional de Escritores Río Anllóns e Dolmen de Dombate", se haya nombrado como director al polémico editor Basilio Rodríguez, suspendido por el Pen Internacional por su labor al frente del Pen Club España, acusado de haber utilizado la entidad "para su propio beneficio".
Por todo ello, creen que la protección efectiva de Dombate sólo será posible si la administración autonómica se hace cargo de su gestión y establece un control permanente a fin de reducir el riesgo de deterioro y de promover su conservación "más allá de intereses particulares que nada aportan a un enclave arqueológico que es patrimonio de todos".
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