07/05/2020. ABC.
La profesora de la Universidad de Sevilla Concepción Fernández, responsable de la asignatura de Textos Epigráficos Latinos del Grado de Filología Clásica, ha organizado una exposición virtual bautizada como Mensajes desde Itálica, que muestra los resultados de las sesiones realizadas con sus alumnos en el palacio de la condesa de Lebrija, decorado en 1901 con motivos y restos arqueológicos procedentes de las ruinas de Itálica (en Santiponce) al no haber sido declaradas las mismas como monumento nacional hasta 1912.
Mensajes desde Itálica (www.us. es/actualidad-de-la-us/mensajes-desde-italica) recoge el resultado individualizado de la aplicación de las técnicas de documentación y edición crítica de una serie de textos epigráficos latinos procedentes de este conjunto arqueológico, a partir de las sesiones de trabajo de campo que tuvieron lugar en el palacio de la condesa de Lebrija, en Sevilla, durante el mes de febrero de 2020, justo antes de la declaración del estado de alarma decretado contra la pandemia de coronavirus Covid-19.
Las imágenes muestran las herramientas utilizadas durante el trabajo de campo, el manejo de la bibliografía más relevante y las aportaciones y conclusiones de los estudiantes tras su estudio detallado.
Esta exposición virtual se ha realizado con la colaboración de la Facultad de Filología, el Grupo de Investigación HUM 156, el Secretariado de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías de la Universidad de Sevilla y el palacio de la condesa de Lebrija en Sevilla.
La exposición comienza con la Inscripción funeraria de Licinia Maurilla, placa rectangular de mármol blanco hallada en Itálica en el siglo II d.C. y conservada actualmente en el palacio. «Consagrada a los dioses Manes. Licinia Maurilla, de 31 años, buena con los suyos, aquí enterrada, que te sea leve la tierra», dice.
Continúa la exposición con el Epitafio de Gneo Romano, de la misma época aproximada, placa funeraria marmórea que muestra letra capital libraria e interpunción triangular en la que se puede leer: «consagrado a los dioses Manes, Gneo Romano, de tres años y medio, te ruego, caminante, que digas, que la tierra te sea ligera».
Le sigue la copia del epitafio de Primus (copia de original de Itálica perdido), el de Aurelia Afrodisia, Titianus, Matio Sabino, Messius Genialis, Restituta, Clodius Panarius, inscripción funeraria de Valerios Iulius, Claudius Crispinus o Iulius Felix.
El palacio de la condesa de Lebrija se convierte en una de las mejores casas de Sevilla, esta casa no sólo cuenta con mosaicos, sino que en sus salas se atesoran multitud de restos arqueológicos de incalculable valor: vasos, ánforas, columnas, vasijas y esculturas. Además sus paredes se engalanan de elementos decorativos como sus arcos de traza árabe, sus adornos platerescos y su fachada y planta andaluza
Como también se indica en su página web (palaciodelebrija.com), el marqués de Lozolla, director general de Bellas Artes, lo definió como «el palacio mejor pavimentado de Europa». Sus 580 metros cuadrados de mosaicos romano, de suelos y paredes, la convierten en la colección particular más importante del mundo.
Pieza a pieza
Bajo la supervisión de la condesa de Lebrija se trasladó pieza a pieza el fabuloso mosaico del dios Pan, hallado en 1914 y que hoy en día se puede admirar en el Patio Central y que fue el mejor e inigualable de una larga serie de fabulosos hallazgos, quizás el mejor mosaico encontrado en la ciudad romana de Itálica.
El pavimento de las galerías de Levante y Poniente del Patio Central (formados de preciosos y raros mármoles, serpentinas y pórfido) que circundan el patio proceden de un corral de Santiponce, encontrándose en el año 1904 parte de este pavimento.
Las otras dos galerías que ocupan los corredores del Norte y Mediodía fueron también encontradas en diferentes partes de los olivares que rodean Santiponce.
El palacio de la condesa de Lebrija volverá a abrir sus salas al público en visitas guiadas en cuanto el estado decretado por el Covid-19 lo permita y en ellas se puede admirar, además de la fabulosa colección de restos romanos y griegos, la galería de la planta alta y salas que nunca se habían visto, como el comedor de invierno, piezas únicas como sus bargueños, un Van Dick, un cuadro de la Escuela de Murillo y un Sorolla o la bella biblioteca con sus más de 4000 volúmenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario