Una investigación de la Universidad de Sevilla en los conjuntos megalíticos de Málaga y Sevilla opta a conseguir el II premio de la Fundación Palarq
14/02/2021. La Vanguardia.
El proyecto ‘Paisaje, Memoria y Complejidad Social en los Grandes Megalitos de Iberia: el Dolmen de Menga y el Tholos de Montelirio’, liderado por el departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, opta al II Premio Nacional de Arqueología y Paleontología patrocinado por la Fundación Palarq.
Esta investigación centra su trabajo en los conjuntos megalíticos de Málaga y Sevilla, analizando su evolución en el período comprendido entre el Neolítico Final y la Edad del Cobre.
Además de constituir las primeras formas de arquitectura monumental, el megalitismo está directamente asociado a la expansión de la forma de vida neolítica, ya que los dólmenes ordenaban la vida social y la percepción que el ser humano tenía de su propia existencia. En el caso de este proyecto, las investigaciones del equipo que encabeza el doctor Leonardo García Sanjuán desde la Universidad de Sevilla, demuestran evidencias de reutilización durante un amplio periodo de tiempo: la Prehistoria Reciente, la Protohistoria, la Antigüedad y el Medievo.
Exponentes del megalitismo europeo y de la península, el dolmen de Menga y el tholos de Montelirio están considerados monumentos extraordinarios, por sus características intrínsecas y por haber sido objecto de recientes investigaciones multidisciplinares.
El dolmen de Menga, en el entorno de Antequera, se levantó hace unos seis mil años. Es un enorme sepulcro de galería con un corredor de acceso delimitado por diez enormes losas, cinco a cada lado, aunque en origen posiblemente fueron siete por lateral, que desemboca en la cámara sepulcral propiamente dicha, formada a su vez por dos paredes de siete monolitos cada una y uno en la cabecera.
Todo ello está cubierto con cinco losas sujetas por tres pilares de base cuadrada, destaca la última cobija de la cubierta que está calibrada en más de 180 toneladas.
Los monolitos que conforman las paredes se alineaban en una zanja excavada en el suelo, levantándose por medio de un sistema combinado de palancas y cuerdas. A continuación se rellenaba con tierra el interior y se creaba una rampa, por la cual se arrastraban las enormes piedras que forman la cubierta. El último paso sería la retirada de la tierra que ocupa el interior del sepulcro, una vez que ha cumplido su función constructiva.
Este un monumento megalítico fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco el 15 de julio de 2016. Más de la mitad de las referencias a dólmenes que se hicieron en Europa en el siglo XIX aludían al dolmen de Menga.
El tholos de Montelirio, situado en Castilleja de Guzmán (Sevilla) es uno de los monumentos megalíticos más importantes de la Península Ibérica y presenta características que lo diferencian de otros monumentos megalíticos como el Dolmen de la Pastora, localizado en la vecina localidad de Valencina de la Concepción.
Consta de dos cámaras conectadas (Cámara Grande y Cámara Pequeña), cubiertas por sendas cúpulas de margas y arcilla. El corredor y las dos cámaras se construyeron a partir de lajas de pizarra no locales (es decir, el material fue extraído de otras zonas), que presentan restos de pigmentos rojos (principalmente de óxido de hierro y cinabrio).
García Sanjuán, investigador principal del proyecto, explica cómo, a través de estas dos construcciones excepcionales clave dentro de la Prehistoria española, se persigue comprender las múltiples dimensiones de la monumentalidad temprana en la Prehistoria: "El dolmen de Menga, construido entre 3800 y 3600 antes de nuestra era nos acerca a la sofisticada interacción entre la naturaleza y los primeros monumentos en piedra, que creó paisajes de larga pervivencia y profunda memoria".
El tholos de Montelirio, construido entre 2900 y 2800 antes de nuestra, era "revela la estrecha conexión entre los megalitos, las prácticas funerarias, y los procesos vinculados a la complejidad social temprana, incluyendo la jerarquización, la economía política, el intercambio a larga distancia y la especialización artesanal".
Levantado hace unos 6.000 años, el dolmen de Menga está construido con las piedras más grandes nunca usadas en el megalitismo ibérico, por lo que se considera una construcción única, tanto por su génesis como por su diseño y dimensión paisajística.
Este monumento cuenta, además, con una de las declaraciones patrimoniales más tempranas en nuestro país, de 1886, mientras que en 2016 la Unesco la declaró Patrimonio Mundial de la Humanidad.
El tholos de Montelirio, uno de los principales monumentos de la Prehistoria española, es un referente para el estudio de las sociedades del III milenio antes de Cristo en la Península Ibérica y destaca por su escala constructiva, su forma circular, y la excepcionalidad de los hallazgos humanos y materiales que lo sitúan como el primer asentamiento humano estable en Sevilla.
La Fundación Palarq es una entidad privada y sin ánimo de lucro que apoya las misiones en arqueología y paleontología humana de investigadores españoles fuera de Europa. La Fundación amplió su actividad en 2020 y mantiene el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología que lleva su nombre y que se otorgará este 2021.
A la segunda edición del premio, dotado con 80.000 euros, optan veinte proyectos.
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