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El uso de la piel en la Prehistoria. Hallazgos directos y pruebas indirectas


De las agujas con funda y tapa de Isturitz a los impermeables de intestino de foca Inuit.
30/04/2012. Historia y Arqueología. Guillermo Blanc.

El curtido se realiza sumergiendo la piel en una solución acuosa con taninos, sustancias curtientes presentes en numerosas plantas: corteza de encina, la corteza de sauce, la cáscara de la granada, del membrillo, el endrino, la corteza de pino, la corteza de algunas acacias (especialmente el quebracho), incluso excrementos de paloma (palomina) o de perro (canina).

La piel, una vez limpia (con lascas de sílex para eliminar los trozos de carne y pellejo, y sal para secar y eliminar grasas y agua), se puede usar directamente como hacen algunos grupos del ártico (comunicación de Antonio Gutiérrez), que elaboran pantalones con pieles de foca cruda y casi sin tratamiento previo (ellos mismos la van curtiendo con su propio sudor, que al fin y alcabo es una -solución salina corporal-) o se pueden usar curtidas. Lapiel curtida, a diferencia de la piel cruda, es imputrescible (aunque si no se hidrata se acaba destruyendo, ya que es un material orgánico, por eso que la piel, o bien se cuida o bien se trata con grasas como las botas de montaña). Claro que el curtido es una técnica cuyo origen se desconoce y sobre todo, ignoramos en qué fecha se comenzó a aplicar. El curtido se realiza sumergiendo la piel en una solución acuosa con taninos, sustancias curtientes presentes en numerosas plantas: corteza de encina (sobre todo de las cortezas de las raices superficiales), la corteza de sauce, la cáscara de la granada, del membrillo, el endrino, la corteza de pino, la corteza de algunas acacias (especialmente el quebracho, procedente de una acacia sudamericana, es el curtiente con mayor % de taninos del mundo), incluso excrementos de paloma (palomina) o de perro (canina). En el medievo, se compraban los excrementos de paloma para los curtidos.

El proceso es una inmersión de la piel en agua con tanino con posteriores aclarados y vuelta a sumergir. Así, durante varios días. Este proceso se comenta en nuestro blog. Al respecto hacer una pequeña aclaración. Muchas personas (incluso en el ámbito arqueológico y en experimental), denominan curtido al proceso mecánico de raspado y sobado (lascas, cuerdas, dientes, etc). Eso no es curtido. El curtido es un proceso químico. El único sistema que conocemos para transformar la piel en un material imputrescible, es el proceso tradicional realizado con tiras de piel de vaca conocido como “cuero sobao”, que consiste en retorcer la piel colocando, además, un peso en el extremo. Es un proceso lento y muy duro de realizar. Por lo demás, el simple raspado de lascas no curte una piel, no son por tanto, experiencias de curtido.

Los principales hallazgos directos

La piel (curtida o no), no es un elemento muy abundante en la prehistoria. Los primeros hallazgos directos (hablaremos más adelante de los indirectos) se remontan al hallazgo deVayotz Dzorl en Armenia, al impresionante hallazgo de Otzi, (Actualmente en el museo italiano de Bolzano), un individuo también del calcolítico (4º milenio), descubierto hace años en un glaciar en un estado de conservación excepcional. Konrad Spindler (autor del libro) nos comentó personalmente que seguramente la piel había estado sometida a algun tipo de “encurtido o adobo”.

Al menos portaba (en piel) un gorro, un chaleco, riñonera de piel de cabra, zapatos de piel (oso para el exterior y ciervo para los paneles superiores, además de una red interna vegetal que sujetaba hierba muy fina que funcionó a modo de calcetín aislante), polainas de piel de cabra, un carcaj, cordajes para sujetar el hacha de cobre, etc…

Otros hallazgos corresponden a una funda de cuero (oveja) para una daga, hallada en Alemania (Wiepenkathen cerca de Stade, Hannover), o la referencia de Hald (1980: 56, no 31) sobre un poncho de cuero en Dinamarca.

Otro hallazgo de piel relevante corresponde a la momia denominada “Mujer de Elling“, también en Dinamarca (2.300 años). LLevaba una capa de piel muy bien cosida (con reparaciones) y trozos de piel fijados a la pierna con tendones de vaca (una especie de polainas).

Algunos hallazgos indirectos

En ocasiones, no queda más remedio que recurrir a los hallazgos indirectos, es decir, elementos o pistas que de forma indirecta, ofrecen información. Por ejemplo, un botón no es un vestido, pero sí una prueba indirecta de la existencia de aquél. Así, desde el paleolítico, los estudios en traceología (huellas microscópicas en los filos de las piedras), nos informan del raspado de piel desde hace al menos 800.000 años (Homo antecessor en Atapuerca). Estas huellas se han hallado en lascas simples y en raspadores.

En Sungir (cercade Moscú), se encontró un yacimiento espectacular con varios enterramientos en los que se hacía indiscutible el uso de vestidos por parte de los cromañones. Miles de cuentas y botones de marfil se encontraron sobre los esqueletos (además de ocre), cuentas que debieron coserse sobre algún tipo de vestimenta, incluidos gorros y pantalones, seguramente de piel.

Sabemos que los Inuit y otros grupos culturales afines elaboraron impermeables usando los intestinos de foca magistralmente cosidos con pelo de tendón y agujas finisimas (ejemplos en el Museo de Altamira y en el Etnográfico de Madrid, en Atocha). Agujas como las usadas por los esquimales se han hallado en yacimientos de paleolítico superior. En Isturitz apareció una aguja finisima en el interior de un cilindro de hueso de ave (con tapa), algo sorprendente que nos indica la existencia y conocimiento de la técnica del cosido en esta época de la prehistoria.

Recientes estudios sobre tafonomía de las articulaciones del pie de algunos homínidos (Eric Trinkauss), indican que en china ya existía algún tipo de calzado hacia el 40.000 ¿serían de piel? (hasta ahora las sandalias más antiguas (vegatales) rondaban los 10.000 años -nativos americanos de Oregon en Fort rock-, (los de Missouri -Arnold research Cave- también rondando los 8000) , o los hallazgos neolíticos (más recintes) de Albuñol, Granada).

Fuente: Paleorama.

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