Defiende además el «gran potencial internacional» de los vestigios para su «puesta en valor» como espacio arqueológico «comprensible» para el público.
17/01/2020. ABC.
El arqueólogo Álvaro Fernández Flores, quien junto a Araceli Rodríguez Azogue estuvo al frente de las excavaciones acometidas durante la primera década del presente siglo en el cerro de El Carambolo, ha advertido de que en el enclave, aún en manos privadas, «queda mucho por investigar», constituyendo el mismo un recurso de información científica «de interés internacional» dado el ámbito de influencia de la colonización fenicia.
En declaraciones a Europa Press, Álvaro Fernández ha rememorado que fue allá por 2005 cuando concluyeron las últimas excavaciones arqueológicas promovidas en el cerro de El Carambolo, donde el 30 de septiembre de 1958 fue descubierto el famoso tesoro homónimo, formado por 21 piezas de oro labradas al estilo oriental entre los siglos VIII y VII antes de la era actual, en el marco de las obras de ampliación de las instalaciones con las que allí contaba la Real Sociedad de Tiro de Pichón.
Las posteriores excavaciones arqueológicas acometidas en la corona del cerro a inicios del siglo XXI supusieron además el descubrimiento de vestigios cuya cronología arranca en la Edad del Cobre y abarca el periodo tardío de la Edad del Bronce y la Protohistoria, destacando especialmente los restos de un gran recinto interpretado como un santuario o centro ceremonial fenicio, vinculado a la navegación y el comercio.
Un enclave «fundamental»
Aunque no fue hasta 2016 cuando la Junta de Andalucía declaró finalmente como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, 29.450 metros cuadrados de la corona del cerro de El Carambolo que incluyen el citado yacimiento, el decreto autonómico que formalizaba tal medida determina que dicho promontorio constituye un enclave «fundamental para el conocimiento de las primeras culturas asentadas en el Bajo Guadalquivir y en el suroeste de la Península Ibérica», según la documentación recogida por Europa Press.
Los suelos del cerro, en cualquier caso, fueron adquiridos en el año 2000 por la promotora inmobiliaria Gabriel Rojas, que proyectaba construir un hotel que integrase los vestigios arqueológicos mediante un centro de interpretación.
No obstante, las restricciones dictadas desde la Consejería de Cultura a esta iniciativa motivaron que en 2009, el citado grupo inmobiliario ofertase ya los terrenos a la Administración autonómica al considerar truncado su proyecto. Empero, a día de hoy el enclave sigue siendo propiedad de Gabriel Rojas y a lo largo de los años se han sucedido no pocas quejas sobre la degradación del entorno del yacimiento por la falta de mantenimiento y la acumulación de basuras y escombros, mientras las administraciones públicas insisten en el objetivo de que los terrenos sean de titularidad pública para su dignificación y puesta en valor como espacio cultural.
En este contexto, Álvaro Fernández ha explicado que durante las excavaciones arqueológicas acometidas hasta 2005, la estratigrafía del yacimiento de El Carambolo fue «agotada solo en algunos puntos», exponiendo que queda por excavar la «fase fundacional del edificio sacro originario y su entorno. Por otro lado, el sustrato arqueológico está intacto en las laderas del cerro e incluso en el sector sureste de la cima, una zona solo sondeada puesto que no iba a ser afectada por la construcción del hotel», ha avisado.
Y es que como ha precisado, si bien las excavaciones contaron con financiación para investigaciones en materia de radiocarbono, antropología o geoarqueología, por ejemplo, se trataba de campañas «preventivas» cuyo «objetivo» final era averiguar qué vestigios albergaba el yacimiento para dilucidar si era o no viable el proyecto promovido por la inmobiliaria Gabriel Rojas para construir un hotel que integrase los restos históricos.
«Queda mucho por investigar»
En ese sentido, ha llamado a pensar en el yacimiento de El Carambolo más allá de la cima del cerro, lo que le ha llevado a recordar la existencia de enclaves como el Carambolo Bajo, investigado por Juan de Mata Carriazo años después del hallazgo inicial de 1958, avisando de que en su conjunto, se trata de un «inmenso» enclave arqueológico «que aún puede aportar importantes hallazgos. Queda mucho por investigar», ha enfatizado.
Respecto a la importancia de El Carambolo en la Protohistoria andaluza, Álvaro Fernández ha recordado que «a partir de los restos exhumados por Juan de Mata Carriazo en 1958 en el lugar del hallazgo, se definió la cultura tartésica». «Aquellos restos de estética orientalizante que no correspondían a los materiales conocidos de la Prehistoria ni del mundo ibérico fueron puestos por el arqueólogo en relación con el reino de Argantonio citado en las fuentes griegas, tomando cuerpo a partir de ese momento la construcción histórica que denominamos Tartessos, cultura indisolublemente unida a la colonización fenicia del suroeste andaluz», ha precisado.
A colación, ha explicado que dado que la colonización fenicia fue un «fenómeno transmediterráneo» con huella en muchos de los países cuyas fronteras abarcan actualmente dicho mar, el estudio del yacimiento de El Carambolo constituye un aspecto de «referencia e interés» para muchos investigadores de tales naciones. Por eso, ha llamado a comprender el «interés internacional» que recae en las investigaciones relacionadas con el citado enclave.
Sobre todo porque, según ha rememorado, la conservación de los vestigios identificados como un santuario fenicio es «excepcional», tratándose de uno de los templos «mejor conservados» de dicha cultura y de la Protohistoria en el Mediterráneo, figurando incluso entre los diez centros ceremoniales vinculados a la colonización fenicia que mejor ha sobrevivido hasta nuestros días.
Precisamente por ello, ha señalado el «gran potencial» de dichos vestigios para su «puesta en valor» como un enclave «comprensible» para el gran público, sobre todo en el caso de las ruinas «más antiguas. Gracias a su excepcional estado de conservación, hay soluciones fáciles para hacerlas comprensibles», ha asegurado Álvaro Fernández.
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