El edificio de Aníbal González cierra este domingo sus puertas para una rehabilitación que ha tardado décadas en desbloquearse.
12/01/2020. ABC.
Es uno de los mayores monumentos a la desidia a la que las administraciones han sometido a Sevilla en los últimos tiempos. El Museo Arqueológico, el edificio neorrenacensita diseñado por Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, lleva en un estado deplorable desde hace décadas hasta el punto de que no podía exponer la mayor joya arqueológica descubierta en Sevilla como es el tesoro del Carambolo. Este domingo se pone fin a esa etapa y cierra sus puertas para una rehabilitación que durará tres años.
El arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra se hará cargo del proyecto que sufragará el Ministerio de Cultura -que es el titular- y, de las labores de inventariado y extracción del millón de piezas que forman la colección se hará cargo la Junta de Andalucía. De forma temporal, la Consejería quiere que parte de las obras del Arqueológico se expongan en la sala que tiene cedida en el convento de Santa Inés.
Pero, ¿cuál era la situación del museo? Al más puro estilo del Museo de la Revolución de La Habana: carteles mecanografiados, copias expuestas en lugar de los originales, ventiladores por falta de aire acondicionado... La situación del Arqueológico era inversamente proporcional a la monumentalidad de su edificio y de la colección que alberga. En tan pésimo estado estaba, que había miles de piezas prehistóricas condenadas a permanecer lejos de la visita, en almacenes o en cajas fuertes. Es el caso del tesoro del Carambolo, que no se podía exponer por la falta de las condiciones de seguridad para ello, motivo por el cual se exhibe una copia realizada por Marmolejo. Eso, a su vez, hizo que las visitas al museo cayeran estrepitosamente, ya que su mayor atractivo se encontraba oculto. Ahora, la Junta y el Ayuntamiento discuten por su exhibición provisional. Mientras la consejera Patricia del Pozo apunta a Santa Inés, el alcalde de Sevilla quiere que se exponga en el Antiqvarium, como informó este periódico en agosto del año pasado.
En cuanto al propio diseño museográfico, se puede asegurar que el Arqueológico era un espacio obsoleto, con vitrinas estética y funcionalmente precarias y con una iluminación deficiente. A esto se le une la situación en la que se encuentra ubicado, ya que cuando las condiciones meteorológicas obligan a cerrar el parque de María Luisa, el museo cerraba también sus puertas.
La enfermedad que padecía el edificio de Aníbal González no era sólo en su contenido. Su continente se encuentra en un estado lamentable que podía comprobarse a simple vista dando un paseo alrededor. El inmueble estaba repleto de redes para evitar los desprendimientos de las gárgolas y demás elementos que exornan los balcones.
En su interior, la primera planta se encontraba cerrada desde hacía año. Pese a que se acometieron algunas obras puntuales, eran insuficientes a la espera de una gran reforma como la que ahora se va a llevar a cabo en el que está considerado como el tercer museo en importancia de esta tipologia en España.
Cuando a lo largo de 2022 abra sus puertas el reformado museo, habrán recuperado algunos valores arquitectónicos originales como la conexión con el parque de María Luisa a través de las galerías y la incorporación de servicios de ludoteca, laboratorio, cafetería y salas multiusos.
El proyecto tiene un presupuesto estimado de 20,7 millones de euros, 15 menos que el que Vázquez Consuegra presentó en 2010 y que resultó inasumible.
La ampliación del Bellas Artes, el cuento de nunca acabar
Si el Museo Arqueológico era una de las grandes asignaturas pendientes a nivel cultural con Sevilla, otra es sin duda la ampliación del Museo de Bellas Artes. Ahora, cuando en dos años consecutivos en la gran pinacoteca hispalense se están celebrando exposiciones temporales de envergadura, se ha demostrado que el antiguo convento de la Orden de la Merced adolece de espacio suficiente para exhibir el músculo que tiene almacenado.
En los fondos, ocultas a la vista del público, se encuentran miles de obras de enorme valor artístico. Además, otro de los obstáculos es el límite que tiene el museo en cuanto a los montajes de grandes exposiciones, ya que sólo se permite la ubicación de las piezas en la antigua iglesia (recolocando cuadros como «La Colosal» de Murillo) y una pequeña sala contigua.
A lo largo de los últimos años, como posible sede para acoger esta ampliación se ha propuesto el Palacio de Monsalves, antigua Consejería de Presidencia de la Junta de Andalucía, situado en la calle del mismo nombre y que hoy está cerrado y sólo acoge rodajes de series de comedia como «Allí abajo». Ya en 2010, el Estado anunció que aportaría 16 millones de euros para adaptar ese espacio, algo que se diluyó como tantos otros proyectos, que quedó en papel mojado. Por más promesas y buenas intenciones, la falta de acuerdo entre la administración titular (el Gobierno central) y la gestora (la Junta de Andalucía), por sus constantes diferencias de color político, han dilapidado el proyecto, que sólo ha servido como arma arrojadiza entre unos y otros.
Y, pese a que el Ejecutivo andaluz fuera el primer interesado en ponerla en marcha por las dificultades con las que se topa por la falta de espacio, se le unía un nuevo problema que frenaba las ansias por llevarlo a cabo: las presiones de Málaga para evitar que las inversiones recayeran sobre la capital de Andalucía. Así, a la Costal del Sol sí se destinaron fondos para levantar nuevos museos intentando convertirla en la gran ciudad cultural de la comunidad. Ahora, cuando ha habido un cambio de Gobierno hace un año en la Junta, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico ha llegado a decir de forma tajante que «la ampliación del Bellas Artes es una prioridad». Y, además, anunció que durante esta legislatura se le daría un impulso.
Aunque el Palacio de Monsalves aparece como el primer edificio en la lista para acoger esta ampliación, hay propuestas diversas, como la de algunos técnicos de Urbanismo, que señalan como posibilidad la antigua iglesia de San Laureano, en la Puerta Real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario