11/12/2012. Paleorama en Red.
El Consejo de Gobierno ha acordado este martes delimitar e inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Zona Arqueológica, los Abrigos de Peñas de Cabrera y el Dolmen del Tajillo, localizados en Casabermeja (Málaga). Este conjunto reúne abundantes pinturas y grabados rupestres de época postpaleolítica.
Aunque los enclaves que contienen este tipo de manifestaciones están protegidos por la Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985, el decreto aprobado hoy establece la delimitación precisa tanto de los abrigos como de otras áreas de interés patrimonial y paisajístico que hasta ahora carecían de salvaguarda. Se crea de este modo una sola zona arqueológica de 44,6 hectáreas de superficie, en la que se incluye el Dolmen del Tajillo, y un entorno de protección de 37,1.
Las pinturas de Peñas de Cabrera se dieron a conocer en los años 70 del pasado siglo por la Universidad de Málaga. A raíz de las investigaciones, prospecciones e inventarios realizados desde entonces, actualmente se conoce la existencia de más de 70 cuevas de areniscas. Otros abrigos rocosos, asimismo incluidos en la nueva zona arqueológica, están aún pendientes de estudio.
Las manifestaciones pictóricas documentadas se caracterizan por su carácter esquemático y en ellas se pueden reconocer desde motivos aislados a agrupaciones complejas. Realizadas con los dedos y en diferentes tonalidades de rojo, sus figuras son mayoritariamente antropomorfas e incluso con elementos añadidos como tocados, atuendos o armas. Entre los signos pintados, también típicos del arte rupestre, destacan los circulares, ramiformes, bitriangulares, cuadrangulares, reticulados, pectiniformes y oculados.
En cuanto a los grabados, se aprecian dos tipos básicos: cazoletas (incisiones profundas sobre la roca) y lineales. Ambos aparecen en superficies horizontales tanto en el interior de las cavidades como en el exterior.
El estudio de los abrigos ha permitido verificar la relación entre estas manifestaciones con fenómenos astronómicos y algunos accidentes geográficos de la zona, como el Torcal de Antequera. Asimismo, la existencia de un taller de sílex en una de estas cavidades prueba que se trataba de espacios dedicados a actividades cotidianas y no sólo a funciones simbólicas y de culto.
En la zona también se han identificado estructuras en piedra de difícil interpretación por su singularidad, como es el caso de las denominadas ‘atrio’, que tienen forma semicircular y se sitúan delante de las cavidades principales.
Como complemento de estos elementos, y en relación con su carácter ritual y simbólico, el conjunto protegido por el Gobierno andaluz incluye también el Dolmen del Tajillo, estructura megalítica compuesta de cámara ovalada y pasillo, que sirvió de tumba a tres individuos y que contiene un ajuar de piezas de sílex y materiales cerámicos (platos y cuencos globulares y hemisféricos, fundamentalmente).
El estudio ocupacional de la zona ha permitido, finalmente, identificar restos de materiales de épocas romana y medieval, entre ellos unos frentes de cantera y una serie de grabados cruciformes. El conjunto se completa con algunas estructuras dispersas de momentos posteriores, como una calera y dos eras.
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