10/08/2012. El Correo.
¿Le gustaría acudir al Arqueológico para disfrutar de la exposición dedicada al Tesoro del Carambolo? -a la réplica, porque el original lo retiró la Junta hace meses por carecer de dinero para pagar un agente de seguridad 24 horas-. Hoy podrá hacerlo a partir de las 16.00 horas, ya que por la mañana esta sala permanecerá cerrada, al igual que mañana domingo. ¿Y la semana próxima? Aún no es posible saberlo, "porque todavía no están puestos los turnos del personal del museo para entonces".
Aunque parezca increíble, así está funcionando una de las instituciones museísticas de arte antiguo más importante de España. Sus distintas estancias se cierran alternativamente a lo largo del día y de la semana en función de si hay o no vigilantes de sala para cubrir estos puestos.
Ayer por la tarde sin ir más lejos, los visitantes se encontraron con la exposición temporal del Carambolo y otra de las salas permanentes del museo cerradas. Al ir a pedir explicaciones, en la recepción les indicaron que ante la falta de personal para vigilar estas zonas, se tienen que clausurar. Y para colmo, se recurre al parte de descansos semanales de los trabajadores para comprobar cuándo se pueden ver estas estancias.
Esta situación se va a mantener todo el verano, lo que no facilita sin duda la visita a los turistas que, además, no pueden conocer con antelación los horarios ya que la página web del museo está totalmente desactualizada y no es capaz de indicar ni qué muestras pueden contemplarse ahora o en el futuro.
De hecho, para conocer qué horarios tendrán las distintas salas del Arqueológico la próxima semana, se invita al visitante a telefonear a partir del martes para consultarlo, porque el parte de descansos aún no está establecido.
Si la Junta de Andalucía -responsable del personal- no puede mantener a los vigilantes necesarios para que este museo permanezca abierto al 100% en verano, parece comprensible que haya preferido sustituir el Carambolo original, que requiere de vigilancia 24 horas durante los 365 días del año, por su réplica.
También avisan en la recepción del centro de que a partir de mediados de septiembre la exposición del tesoro de Tartessos será desmontada y sustituida por una nueva muestra temporal, aunque todavía no pueden aclarar dónde se exhibirá la réplica que actualmente se encuentra en la entreplanta del edificio. Esto resulta especialmente llamativo, ya que el pasado enero, cuando la Consejería de Cultura la inauguró, informó de que se trataba de una exhibición permanente.
Esto sólo es un episodio más en la historia de precariedad de una institución cada vez más abandonada por las administraciones. De hecho, cualquiera que acuda estos días a este pabellón de 1929 podrá comprobar que invita a todo menos a quedarse. El calor y la humedad se hacen insoportables en sus salas, en las que sólo hay ventiladores para los escasos vigilantes que velan por la integridad de unas piezas que si no sufren ningún percance es porque nadie ha querido atentar contra ellas. Eso sin mencionar la ruinosa imagen exterior del edificio, apuntalado, lleno de redes contra desprendimientos y con sus esculturas ornamentales y pináculos fijadas con sistemas de protección.
ARTES Y COSTUMBRES.
Del Arqueológico el visitante sale estos días sudando, debido a la falta de climatización en este edificio. Pero justo enfrente se levanta el Pabellón Mudéjar, sede del Museo de Artes y Costumbres Populares, todo un oasis -en lo que a temperaturas se refiere- para el intrépido turista, ya que incluso dispone de un área donde puede hacer una parada y tomar algún refresco o café (de máquina, eso sí). Algunas de sus salas sí poseen aire acondicionado y, además, la visita a los sótanos permite soportar mejor el termómetro. Sin embargo, la realidad de este centro también es bastante precaria.
Sólo son visitables la planta principal y la del sótano, ya que el primer piso permanece "cerrado por obras de mejora", según explican los trabajadores. Sin embargo, esa zona lleva clausurada años a la espera de una rehabilitación que no llega y que ya ni siquiera está entre las prioridades de las administraciones. No hay ni presupuesto ni previsión alguna de que vaya a haberlo en los próximos ejercicios.
Además, el personal de este museo no esconde su preocupación ante un incierto futuro. "Aquí también han llegado los recortes. En el de enfrente -Arqueológico- hay salas cerradas y aquí estamos con el miedo en el cuerpo porque somos trabajadores de la Junta y con los recortes no sabemos dónde podemos acabar", aseguró uno de los empleados a este periódico.
En cualquier caso, al menos este edificio sí cuenta con vigilantes suficientes para mantener abiertas sus muestras temporales y zonas de exposición permanente.
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